miércoles, 11 de diciembre de 2013

Easy virtue - 1927


Argumento: Larita Filton (Isabel Jeans) es declarada culpable en el juicio de divorcio iniciado por su marido, a causa de una supuesta infidelidad. El caso adquiere notoriedad y Larita se refugia en el sur de Francia para escapar de los periodistas. Allí conoce a John Whittaker (Robin Irvine), un joven de buena familia que se enamora perdidamente de ella, sin conocer su pasado. Los protagonistas se casan y vuelven a Inglaterra para vivir en el hogar de la familia Whittaker. La madre (Violet Farebrother) y hermanas de John desaprueban la unión y humillan permanentemente a Larita. Finalmente, John mismo adopta el punto de vista de su familia. La pareja se divorcia, y la reputación de Larita queda destruida definitivamente.-

Esta no es una típica película de Mr. Hitchcock: carece del suspenso y del humor que caracterizan su obra. Ni siquiera se trata de una gran película, sino simplemente de la historia de un amor fallido a causa del pasado de la mujer y de la influencia de la familia del hombre; y en honor a la verdad, puede suceder que a primera vista no le encontremos ningún atractivo. Incluso la historia de amor resulta poco atrapante, dada la falta de química entre los actores principales.-

Sin embargo, en esta como en otras películas “menores” (si se me permite la osadía) veremos que si la historia no es del todo interesante, sí lo es la estética utilizada. En la primera parte de la escena del Tribunal, al igual que en el comienzo de The pleasure garden (El jardín de la alegría), encontramos a un director lleno de ideas: adopta el punto de vista del juez para mostrarnos la sala a través de su monóculo y evidencia el paso de las horas fundiendo la imagen del anteojo con la del péndulo de un reloj.-

Asimismo, realiza su mejor esfuerzo para contarnos la historia visualmente, de modo tal que comprendamos lo que sucede sin ayuda de los intertítulos. Desde la primera toma sabemos que se está tramitando un divorcio, y que el mismo tiene por causa una infidelidad: el director llama nuestra atención sobre un anuncio que da cuenta de que se celebrará una audiencia en el caso “Filton vs. Filton y Robson”. De la misma forma advertimos que el juez no tiene interés en el testimonio de Larita y que el público presente ridiculiza la situación y se comporta como si asistiera a un espectáculo divertido.-

En esta primera parte, el flashback está bellamente enlazado con la acción presente, a través del plano cerrado de un botellón, y, nuevamente, recurriendo sólo a la imagen Mr. Hitchcock nos presenta la historia de Larita: está casada con un hombre de mayor edad, que bebe en exceso; su posición es acomodada; ha sufrido el maltrato de su marido y se siente halagada por las atenciones del artista. Sin embargo, en el momento decisivo se inclina por su marido, y ello, sumado al temor a ser arrestado, empuja al pintor al suicidio.-

Para la segunda parte, que transcurre en el sur de Francia, la estética se vuelve un poco más convencional, a excepción tal vez del plano filmado a través de una raqueta de tenis. Se destaca, no obstante, la escena en la cual Larita contesta la propuesta matrimonial de John: han convenido que dará su respuesta por teléfono y Mr. Hitchcock renuncia a mostrar a los protagonistas, optando por contarnos la historia de un modo indirecto, a través de la reacción de la telefonista. Al principio, ésta se limita a conectar la comunicación y escucha distraídamente mientras lee un libro. De pronto, toda su atención se centra en la conversación de los protagonistas: alternativamente sonríe y se muestra decepcionada o bien sorprendida, de lo cual deducimos que Larita tiene aún algunos reparos y que John seguramente intenta persuadirla, reafirmando su declaración de amor. Finalmente, sobre el rostro de la telefonista se dibuja una sonrisa amplia e ilusionada: Larita ha aceptado la propuesta y la telefonista imagina un futuro feliz para la pareja. ¡Simplemente brillante!

En la tercera parte de la película conocemos a la familia de John, sobre todo, y finalmente, a la primera de una lista de madres despóticas emblemáticas. Desaprueba a Larita aún antes de conocerla, como evidencia el hecho de que, con evidente mal gusto, haya invitado a la antigua enamorada de John a cenar en la primera noche que los recién casados pasarán en la casa, y hace todo lo que está a su alcance por separar a la pareja. Prefigura a la Sra. Sebastian (Notorious – Encadenados, Tuyo es mi corazón), a la Sra. Bates (Psycho – Psicosis), a la Sra. Brenner (The birds – Los pájaros) y a la Sra. Edgar (Marnie – Marnie la ladrona) y mira insistentemente directo hacia la cámara, como si juzgara también al espectador por pecados indeterminados. Su naturaleza austera y estricta se traslada a su aspecto y a la decoración de la casa, carente de todo ornamento. Llama particularmente la atención el comedor, adornado con imágenes religiosas de estilo pre – renacentista: son planas y severas como la propia Sra. Whittaker.-

Larita, por el contrario, es la viva imagen de la ligereza y la exuberancia: es la única mujer en la película que fuma, bebe, usa accesorios llamativos, plumas, pieles y brillos. También es la única que es espontánea y afectuosa. En ello sólo encuentra un interlocutor en su suegro. Ni siquiera John demuestra su amor una vez que termina la luna de miel, dejando a su esposa librada a su suerte en la batalla desigual que enfrenta. Todo esto revela, a mi entender, que Mr. Hitchcock se inclina por Larita y desprecia la pedantería de la familia Whittaker.-

El cameo de Mr. Hitchcock puede verse en la segunda parte de la película: sale de la cancha de tenis, pasando al lado de Larita antes de que ésta sea golpeada por la pelota que lanza John.-

Easy virtue no se encuentra editada en DVD en Argentina. Yo la vi en la versión editada en 2011, en un box set con The pleasure garden y The farmer’s wife, aunque atención: no tiene subtítulos en español y la calidad de la imagen no es del todo buena.-

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