jueves, 5 de diciembre de 2013

The lodger: A story of the London fog (El enemigo de las rubias) – 1926


Argumento: Un misterioso hombre (Ivor Novello) alquila una habitación en la casa de una familia, en medio de una seguidilla de homicidios de mujeres rubias. La hija de la familia, una joven rubia llamada Daisy (June), es cortejada por Joe (Malcolm Keen), el detective al cual le han asignado el caso, y traba amistad con el huésped. El detective, celoso de él, comienza a sospechar que el huésped es el asesino serial, y dirige la investigación en ese sentido. El huésped es esposado por el detective y logra huir. Daisy se reúne con él y éste le revela que seguía los pasos del verdadero asesino, procurando descubrir su identidad, toda vez que su propia hermana había sido una de las víctimas. El protagonista es descubierto y perseguido por una multitud enfurecida. Simultáneamente, se comete un nuevo asesinato, lo cual deja en evidencia la inocencia del héroe. Finalmente Daisy y el protagonista se comprometen.-

Tal como el propio Mr. Hitchcock le dijera a François Truffaut en el célebre diálogo que mantuvieron, este es su primer film verdaderamente hitchcockiano. En esta película aparecen perfectamente definidos los elementos tanto argumentales como estéticos que caracterizarán la obra de Mr. Hitchcock por los siguientes cincuenta años. Es difícil jerarquizar estos elementos, por lo que me limitaré a enumerarlos sin respetar un orden de importancia.-

En primer lugar, en esta película aparece el primer Mac Guffin de toda su carrera. La historia sobre esta expresión, que remite a dos hombres que viajan en un tren es bastante conocida, por lo tanto no voy a repetirla, pero sí es oportuno recordar que el Mac Guffin es aquello que hace avanzar la trama: es el objeto o la persona o el secreto que todos buscan y que, en el cine de Mr. Hitchcock, es sumamente importante para los personajes pero insignificante para el espectador. Mr. Hitchcock nunca perderá demasiado tiempo explicando cuál es el Mac Guffin en cada caso porque lo único que importa tanto a él como a nosotros es que de la persecución de ello depende el desarrollo del argumento. En el caso de The lodger, el Mac Guffin es una persona: el asesino, conocido como The Avenger (El vengador), y vemos que, efectivamente, termina siendo intrascendente. Nunca veremos su rostro, no conoceremos su identidad ni su motivación ni tampoco cuál será su destino. Lo único importante sobre él es la forma en que afecta a los restantes personajes, y es a eso a lo que Mr. Hitchcock se dedica con esmero durante casi dos horas.-


Otro elemento fundamental que se presenta por primera vez es el del “hombre equivocado”. Este será un tema recurrente en la filmografía de Mr. Hitchcock y según se ha dicho reiteradamente, revela el temor que el propio director sentía por la policía. El protagonista de The lodger es un hombre común que se ve envuelto en situaciones extraordinarias, como lo son prácticamente todos los héroes hitchcockianos, por lo tanto bien puede representar a cada espectador: de esta forma el director logra identificarnos con el protagonista, y es por eso que queremos creer en su inocencia y sufrimos por él. Pero a la vez, el director siembra la sospecha haciendo que el héroe asuma actitudes ambiguas. Seguramente esto sea un resabio del final que Mr. Hitchcock hubiera querido para su película: el inquilino debía desaparecer en la niebla de Londres, sin contestar a la pregunta ¿es o no el asesino? Sin embargo el status de estrella de Ivor Novello no permitió tal incertidumbre. Fue preciso, entonces, contestar categóricamente que el protagonista es inocente y dar una respuesta lógica a sus acciones. De este modo, si aparece en medio de la oscuridad y la niebla para rentar una habitación, si carga un misterioso maletín que esconde un arma y un plano de las escenas de los crímenes, si lo repelen las imágenes de jóvenes rubias que decoran con dudoso gusto su habitación, si hace excursiones nocturnas coincidentes con los homicidios, todo ello será explicado satisfactoriamente.-

Aquí Mr. Hitchcock recurre también por primera vez a una estética del romance que constituirá un sello en su filmografía. Habitualmente, las escenas de amor parecen escenas de asesinatos, y viceversa. Ello es fácil de advertir en las escenas que Novello comparte con June (las mejores de su interpretación, en mi opinión), en las que su actuación fluye hábilmente entre la seducción y la amenaza. Dependerá de nosotros, según creamos o no en su inocencia, el sentido que le demos. Asimismo, un primerísimo primer plano del héroe acercándose a June para besarla anticipará al de Gregory Peck e Ingrid Bergman en Spellbound (Cuéntame tu vida o Recuerda) y al más famoso de Grace Kelly y James Stewart en Rear window (La ventana indiscreta). Esta herramienta será utilizada frecuentemente por Mr. Hitchcock para involucrar al espectador en el abrazo de los protagonistas. Además esta es la primera película en la que aparece la típica "rubia hitchcockiana". Es mucho lo que se ha dicho sobre la relación de Mr. Hitchcock con sus protagonistas femeninas, pero en lo personal lo considero irrelevante... El propio director explicaba que las protagonistas rubias le parecían más interesantes que las morochas, porque en éstas la sexualidad estaba muy expuesta. Las rubias, en cambio, parecían frías e indiferentes y por eso resultaba inesperado ver su desborde de sensualidad en la pantalla, cuando la trama lo mereciera. Sin perjuicio de ello (no voy a discutir con Mr. Hitchcock), existe otra explicación: en los días del cine blanco y negro la conjunción de una actriz rubia con un protagonista de cabellos oscuros brindaba un buen contraste, estéticamente valioso. Y es que la mayoría de los analistas que se empeñan en señalar la abundancia de protagonistas rubias, insinuando una predilección personal de Mr. Hitchcock, olvidan que prácticamente todos los héroes del director tienen la cabellera negra.- 

También se destaca la introducción de la figura del policía como un personaje de escasa o nula eficiencia. Si bien en este caso Joe realiza algunos aportes valiosos a la investigación (es quien detecta que los homicidios se circunscriben a un radio determinado y quien finalmente rescata al héroe de la muchedumbre enfurecida), es torpe en sus avances amorosos hacia Daisy y deja que sus celos nublen su juicio profesional. Efectivamente, el verdadero asesino es capturado mientras él dirigía la investigación contra su rival. Esta figura será desarrollada largamente por Mr. Hitchcock, con algunas contadas excepciones: en líneas generales, los policías en sus películas malinterpretan las evidencias y niegan colaboración a los protagonistas. Esa es la razón por la cual sus héroes, incluido el inquilino de The lodger, deben tomar la investigación en sus manos y muchas veces limpiar su nombre desenmascarando a los villanos.-

En The lodger, Mr. Hitchcock retoma de su film anterior la incorporación de personajes sencillos que aportan notas de humor. Él sabía que es necesario liberar un poco de tensión en el público antes de volver a sobresaltarlo y ya desde esta película demuestra que domina a la perfección este arte.-

Esta película parece inagotable… Brevemente menciono la introducción, que bien podría haberse realizado en una forma ordinaria a través de un intertítulo expositivo: en lugar de ello el director recurre al seguimiento de la noticia desde la misma escena del crimen hasta el público a través de los diarios, la radio y los rumores. Vemos también la impactante presentación de Ivor Novello, acorde con su carácter de estrella; la utilización de las esposas como símbolo del matrimonio que Daisy rechaza; y la presencia de elementos religiosos tales como la cruz que se dibuja sobre el rostro del protagonista cuando se acerca a una ventana, marcando su destino, la culpa que lo invade por la muerte de su hermana y por supuesto la escena de la persecución final, que recuerda a la crucifixión y reproduce la imagen de La Pietà. Asimismo, esta es la primera película de Mr. Hitchcock en la que se da un uso dramático a las escaleras (recuerdo rápidamente las escaleras en Strangers on a train y Psycho). El célebre plano cenital de Novello bajando por las escaleras, en la cual sólo vemos su mano derecha ha sido repetido incansablemente por otros cineastas. Además, esta es también la primera vez que aparecen cuadros que ejercen su influencia sobre los personajes, sea ésta maligna como en The lodger (el inquilino se ve profundamente perturbado por las imágenes de su habitación), juzgadora (Suspicion), seductora (The Paradine case) o hipnotizadora (Vertigo).-

Finalmente, esta es la primera película en la cual Mr. Hitchcock hizo su célebre cameo. El director aparece en la introducción, sentado en la redacción de un diario, de espaldas a la cámara; y luego, como parte de la muchedumbre en la persecución del inquilino. Tal como él mismo explicó a Truffaut, esta práctica nació por necesidad, atento la carencia de extras, luego se convirtió en una superstición que pretendía garantizar el éxito de sus películas (The lodger fue, de hecho, el primer éxito comercial de Mr. Hitchcock), y terminó siendo un guiño de complicidad con el público, a modo de sello personal.-

Hasta donde sé, esta película no fue editada en DVD en Argentina. Recomiendo enfáticamente la versión que fue editada en 2008 conjuntamente con otras siete películas, presentadas como “ocho obras maestras del maestro del suspense”. El box set se completa con Sabotage, Young and innocent (Inocencia y juventud), Rebecca (Rebeca), Lifeboat (Náufragos, Ocho a la deriva), Spellbound (Recuerda, Cuéntame tu vida), Notorious (Tuyo es mi corazón) y The Paradine case (El proceso Paradine, Agonía de amor). La calidad de la imagen es excelente, todas las películas están subtituladas en español y los contenidos especiales son muy interesantes, aunque carecen de subtítulos.-

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