lunes, 21 de abril de 2014

The man who knew too much (El hombre que sabía demasiado) – 1934


Argumento: La familia Lawrence (Leslie Banks, Edna Best y Nova Pilbeam) se encuentra en Suiza con motivo de la participación de Jill, la madre, en una competencia de tiro. Louis, un amigo de la familia es asesinado y antes de morir susurra un mensaje a Jill, a partir de lo cual el matrimonio se ve involucrado en una intriga internacional que busca asesinar a un diplomático extranjero. Los conspiradores, liderados por Abbott (Peter Lorre), secuestran a Betty, la hija de los Lawrence, para asegurar su silencio. La intervención de Jill evita que el asesinato al diplomático se consume, y finalmente luego de un tiroteo con la policía los villanos son derrotados y Betty rescatada.-

Esta película, que alcanzó gran éxito comercial, abre una nueva etapa en la carrera profesional de Mr. Hitchcock. A partir de aquí y, probablemente con la única excepción de Jamaica Inn (Posada Jamaica), sigue una serie de películas más estilizadas desde lo visual, mejor pulidas desde lo argumental y más uniformes y vivaces en cuanto a ritmo.-

La imagen inicial anticipa la que abrirá To catch a thief (Atrapa a un ladrón, Para atrapar al ladrón) veintiún años después: una serie de publicidades nos sitúa espacialmente. En este caso estamos en Suiza y aquí se insinúa un recurso que Mr. Hitchcock perfeccionará en las películas venideras, cual es el de utilizar todas las posibilidades que brinda el lugar en el cual transcurre la acción. En The man who knew too much (TMWKTM en lo sucesivo), Suiza provee los deportes de invierno que se desarrollan en la primera escena y que sirve como contexto para que los personajes principales se encuentren de manera pretendidamente casual.-

Otro recurso importante, que aparece nuevamente desde que fuera utilizado por primera vez en Murder! (Asesinato), es el de dotar a los personajes de habilidades u oficios que luego serán funcionales a la trama. En el caso de Murder!, Sir John, el protagonista, es actor y autor dramático y se vale de su oficio para intentar atrapar al sospechoso; en TMWKTM Jill es una experta tiradora y gracias a esa habilidad salvará a su hija al final de la película. Según recordó Mr. Hitchcock en su conversación con François Truffaut originalmente Jill sería hipnotizada por los villanos para que fuera ella quien disparara al diplomático extranjero, aunque luego el director renunció a tal idea pensando que tal vez la hipnosis reduciría la puntería del personaje. La solución que vemos en pantalla funciona muy bien y justifica satisfactoriamente esta cualidad de Jill, que de lo contrario quedaría como un cabo suelto.-

Estos dos recursos son fundamentales en la obra de Mr. Hitchcock y constituyen gran
parte de lo que como espectadores amamos y agradecemos en sus películas: excepto algunas excepciones, todo está allí por un motivo, nada es casual.-

En cuanto a las actuaciones, todas son destacables. Del lado de los buenos, Leslie Banks y Edna Best son correctos, contenidos y en definitiva todo lo británicos que podría esperarse; Nova Pilbeam aparece como una niña encantadora y tan solo tres años después protagonizará Young and innocent (Inocencia y juventud) con total solvencia; y Hugh Wakefield en el personaje del tío Clive aporta las notas de humor. Del lado de los malos, Frank Vosper como Ramon, el tirador, encarna una suerte de versión del típico elegante villano hitchcockiano; Clare Greet personifica a una encantadora matrona inglesa que en el momento menos pensado empuña un arma; y Cicely Oates muestra su lado más siniestro como la estrecha colaboradora de la causa. Pero el premio mayor sin dudas se lo lleva Peter Lorre, como Abbott, en su primer rol de habla inglesa, quien, como suele decirse, “se roba la película”.-

Dicho todo lo anterior, debo agregar que TMWKTM no está entre mis favoritas. Visualmente no ofrece mayores novedades. En cuanto a su estructura, encuentro que a mi gusto la presentación de los personajes debió haber sido un poco más profunda. Mientras escribo esto pienso en otras películas que gustan mucho y que contradicen lo que estoy diciendo… Por nombrar sólo una, y también de Mr. Hitchcock, pienso en The thirty – nine steps (Treinta y nueve escalones), sobre la que no quiero explayarme demasiado porque la comentaré en la próxima entrada de este blog, pero sí puedo adelantar brevemente que en ella ninguno de los personajes es presentado debidamente. No sabemos nada sobre ellos, y aún así somos capaces de identificarnos con ellos, de temer por ellos, o de querer su derrota según sea el caso. En TMWKTM eso no me sucede, y todavía no encontré la respuesta a la pregunta ¿cuándo es imprescindible que el personaje esté bien delineado y cuándo la trama por sí misma es suficiente?

Además, una vez perdida toda esperanza de que las motivaciones de los personajes sean explicadas, encuentro que el desenlace de la película con el tiroteo entre los villanos y la policía se prolonga demasiado sin ninguna justificación dramática. Me explico mejor, básicamente estoy pensando en la escena del asesinato de Gromek en Torn curtain (Cortina rasgada), de 1966. Aquí, los personajes encarnados por Paul Newman y Carolyn Comwell demoran una eternidad en matar al villano, pero ello tiene una justificación: no pueden simplemente dispararle porque eso alertaría a posibles testigos. Entonces recurren
a variados métodos muy dificultosos de poner en práctica dado que son dos civiles enfrentando a un asesino profesional. En este caso, ¿cuál es el sentido de que esta escena sea tan larga?

Estoy conteniéndome de comparar ambas versiones de TMWKTM, la de 1934 y la de 1956, porque creo que cada una constituye una obra por sí misma. Sólo quiero decir que estos problemas que en mi opinión presenta la versión de 1934 han sido ampliamente resueltos en la versión posterior, la cual veo como infinitamente superior.-

De acuerdo a diversas fuentes, en esta película Mr. Hitchcock retoma su hábito de hacer un cameo. Incuso en internet podemos encontrar el extracto, según el cual Mr. Hitchcock aparecería en la escena en la cual el Sr. Lawrence y el tío Clive salen del consultorio del dentista y se dirigen hacia el Tabernáculo del Sol. Sin embargo, debo confesar que esta vez no pude distinguirlo entre todos los paseantes…

TMWKTM se consigue fácilmente en DVD en Argentina, en un programa doble con Blackmail (Chantaje, La muchacha de Londres). La calidad de la imagen es bastante buena, aunque en algunas partes parece sobreexpuesta, y la del sonido y los subtítulos también.-

jueves, 10 de abril de 2014

Number seventeen (Número diecisiete) – 1932


Argumento: Unos contrabandistas de diamantes se reúnen en una casona abandonada en cuyo sótano existe una conexión con el tren que lleva a la estación del ferry hacia el continente. A la misma casa han llegado otras personas, por distintos motivos. Ambos grupos se enredan en el juego del gato y el ratón hasta que los contrabandistas logran tomar el tren. Finalmente son detenidos por uno de los extraños (John Stuart), que resulta ser un detective que estaba detrás de la banda.-

Bien… “Nuestros amigos los verosímiles”, en las palabras de Mr. Hitchcock, pueden tomarse el día libre porque Number seventeen no es la película para ellos. Es difícil imaginar qué pasó, cómo el director de The lodger es el mismo que el de esta película, pero esta breve obra de tan solo 65 minutos no es más que una sucesión de aparentes coincidencias y sinsentidos que nos tiene preguntándonos qué está pasando hasta el último minuto. Extraños que se reúnen aparentemente por casualidad, personajes en peligro que se salvan de modo inexplicable, informaciones vitales pegadas en lugares improbables, todo esto y más se da cita en esta película.-

La primera parte de la película transcurre en la casa abandonada, ubicada en el N° 17 de
una calle cercana a las vías del tren, y desde el mismísimo comienzo los espectadores quedamos desconcertados: ¿por qué este personaje, identificado como Forsythe (John Stuart) entra en una casa desierta, en plena noche, sólo para ver quién se pasea en su interior a la luz de una vela? ¿Quién es, cuál es su motivación? Una vez adentro, se encuentra con Ben (Leon M. Lion), un vagabundo de cambiante personalidad, quien por momentos se muestra sumiso y atemorizado, en otros intenta dominar la situación y ocasionalmente olvida por completo el peligro y se dedica a beber. Ambos descubren un cadáver (Henry Caine), y enseguida la Srta. Ackroyd (Ann Casson), una joven, cae a través de una claraboya. Esta joven parece confiar completamente en Forsythe y le da la mayor información que tendremos en toda la película: su padre desapareció en los últimos minutos, dejando una misteriosa tarjeta de visita que anuncia que en el N° 17 algo pasará a las 12:30 de la noche y un telegrama remitido por un “Detective Barton”, quien explica que siguió la pista de un collar robado hasta esa casa.-

Enseguida llega una pareja de extraños, Nora (Anne Grey) y Brant (Donald Calthrop), seguidos por un supuesto sobrino, Henry Doyle (Barry Jones), cuyo pretexto es visitar la casa con intención de comprarla. En el ínterin, el cadáver desaparece, los visitantes se revelan como delincuentes y el falso cadáver parece ser uno de ellos. Ben es encerrado en el baño y la Srta. Ackroyd y Forsythe son maniatados a la baranda de la escalera. En un segmento emocionante, la baranda se desmorona y ambos personajes quedan colgados por las muñecas, en una pose que recuerda a aquella de Ivor Novello esposado en The lodger, aunque enseguida son rescatados por Nora, quien dicho sea de paso por alguna extraña razón simula ser sordomuda. A pesar de que se encontraban a dos pisos de altura, logran hacer pie y ponerse a salvo. Mientras tanto Ben roba el collar de diamantes al hombre que lo había encerrado en el baño, que resulta ser Sheldrake (Garry Marsh), el contrabandista que reunió a los demás en la casa N° 17. El falso cadáver, por su parte, simuló ser Sheldrake por un momento, pero luego descubrimos que es el padre de la Srta. Ackroyd.-

Finalmente Sheldrake, los falsos tío y sobrino y la falsa sordomuda toman el tren y son perseguidos por Ben y Forsythe, aunque este último no logra subirse y debe secuestrar un autobús para intentar interceptar al tren. Perseguidos por Forsythe, los contrabandistas llegan al ferry, pero al no poder detener el tren ocasionan su descarrilamiento. Su perseguidor los alcanza, rescata a Nora y ambos terminan junto con Ben y Doyle, el falso sobrino, en una oficina portuaria. Éste sostiene que él es el Detective Barton, aunque Forsythe se expone como el verdadero detective y súbitamente corteja a Nora al mismo tiempo que Ben revela que se ha quedado con el collar en su poder.-

Desarrollar la trama de la película es tan confuso como verla. El hecho de que los personajes permanezcan innominados durante largos minutos luego de haber aparecido en escena, no ayuda a clarificar la acción. Al terminar de ver la película, recordé la explicación de Mr. Hitchcock sobre la diferencia entre suspenso y misterio, que ya mencioné en el comentario a Murder!, y pensé que esta película es exactamente lo contrario al suspenso: si en este género el secreto está en que el espectador sepa algo que los personajes desconocer, pues en Number seventeen el espectador todavía no sabe qué sucedió, aún cuando la película ya haya terminado.-

En cuanto al aspecto visual, la elección de los planos y la edición de la película no ayudan a comprender lo que sucede, sino que por el contrario se produce algo similar a lo que ya pudimos ver en Blackmail. La abundancia de primeros planos, o planos detalles de manos y sombras, impide tener referencias espaciales, lo cual aumenta nuestro desconcierto. El uso del sonido tampoco se destaca especialmente.-

Sin embargo, no todo en Number seventeen es para el olvido: el diseño de producción en ambas partes está bastante bien, realmente podemos llegar a pensar que la película se filmó en una casa abandonada o en un tren en movimiento. Y en cuanto a los diálogos, Ben tiene las mejores líneas, algunas de las cuales son verdaderamente ingeniosas.-

Sin dudas lo mejor de la película, desde el punto de vista estético, es la segunda parte. La
persecución del tren que emprende el Detective Barton en un autobús está muy bien lograda mediante el uso de miniaturas. Es la primera vez que Mr. Hitchcock utiliza este recurso, que abundará en los años posteriores, y aquí lo presenta en una forma bastante atractiva y verosímil para su época. Otro recurso que aparece por primera vez es el utilizado por Mr. Hitchcock para filmar determinadas secuencias de acción, tales como peleas y persecuciones. Este recurso consiste en fragmentar la escena en breves tomas y luego acelerar su velocidad, aumentando la emoción. Si bien en su período mudo ya habíamos visto este tipo de escenas (sobre todo en The ring), lo cierto es que a partir de Number seventeen esta técnica se hace más notoria, debido probablemente a dos motivos, uno técnico y otro subjetivo. Por un lado, en el cine primitivo aún no se filmaba la cantidad de veinticuatro fotogramas por segundo, sino una menor, haciendo que al momento de la reproducción la velocidad de la acción durante toda la película fuera mayor para lograr la fluidez del movimiento (es por ello que las películas muy antiguas se ven “aceleradas”). Por otro lado, la eliminación de los intertítulos hace que a nuestros ojos la acción parezca ininterrumpida, aun existiendo distintos planos, por lo cual la inserción de secuencias reproducidas a mayor velocidad implica una perturbación que sí advertimos.-

Surge de distintas fuentes que Mr. Hitchcock no quiso filmar esta película, sino que le fue impuesta. Aún así vuelvo a preguntarme qué sucedió, porqué no pudo redondear mejor el guión (del cual figura como co – autor junto con Mrs. Hitchcock), sobre todo contando con tiempo en pantalla de sobra… Indudablemente, como el propio Mr. Hitchcock reconoció en el diálogo que mantuvo con Truffaut, Number seventeen y Waltzes fron Vienna (Valses de Viena) – la cual no comentaré dado que no la he visto en DVD – representan lo más bajo de su carrera, y forman parte de una época difícil de altibajos tanto en cuanto a lo creativo como a los resultados económicos de sus películas. Ya a partir de la siguiente película según el orden seguido en este blog, The man who knew too much (El hombre que sabía demasiado), de 1934, las cosas mejorarán y mucho tanto para Mr. Hitchcock como para sus seguidores. Sin perjuicio de ello, insisto en que no todo está perdido en relación a esta película, y los amantes de los trucos técnicos podrán aprovecharla, sobre todo en su segunda parte.-

Number seventeen fue editada en DVD en Argentina, en una presentación doble con Secret agent (Agente secreto), bastante fácil de conseguir y de precio accesible. La calidad de imagen es buena, la del sonido no tanto, y los subtítulos en español no son perfectos, pero están bastante bien.-