domingo, 31 de agosto de 2014

Jamaica Inn (Posada Jamaica) – 1939


Argumento: Mary (Maureen O’Hara), una joven huérfana, llega a un pueblo costero para vivir con su tía Patience (Marie Ney) y el marido de ésta, Joss Merlyn (Leslie Banks) en la Posada Jamaica que ambos administran. El lugar es bastante hostil, y Mary no tarda en descubrir que Joss lidera una banda que provoca naufragios para saquear barcos. Tras salvar de la horca a Traherne (Robert Newton), un miembro de la banda, ambos huyen hasta la casa del juez de paz local, Sir Humphrey Pengallan (Charles Laughton), ignorando que éste es en realidad el cerebro de la banda criminal. Después de que los tíos de Mary resultan muertos y de que Traherne se revela como un agente de la ley, Pengallan rapta a Mary con intención de fugarse con ella a Francia. Finalmente, acorralado por los hombres de Traherne, Pengallan se suicida y Mary es rescatada.-

¿Qué decir sobre Jamaica Inn que no sea demasiado severo? Bueno, digamos que si es verdad que cada película tiene su público, no imagino cuál podría ser el de esta… Simplemente es aburrida y, como cierre de la etapa británica de Mr. Hitchcock, no es representativa de su trayectoria hasta aquí.-

Como aspectos positivos, puedo rescatar la escena inicial, que muestra el naufragio y
saqueo de una embarcación. La misma es una combinación de uso de miniaturas y de la construcción de un escenario en escala real, todo ello de una calidad excelente incluso para el espectador moderno. El resultado es una escena emocionante que nos pone en situación inmediatamente: esta banda provoca los naufragios y luego asesina a sangre fría a los sobrevivientes a la vez que saquea las riquezas que se transportaban. Con buen criterio, Mr. Hitchcock opta por no mostrar el asesinato del último sobreviviente, el cual sucede fuera de cuadro y que adivinamos por el grito de la víctima y por el regreso del homicida, quien limpia la sangre de su cuchillo mientras silba una tonada. Esta cualidad “musical” se convertirá en la marca distintiva de este personaje.-

El segundo aspecto destacable es el diseño de producción, sobre todo en los exteriores y en la posada de los Merlyn. Y finalmente, me parecen notables las actuaciones de Leslie Banks, en el rol del tío de Mary y de Wylie Watson, como Salvation, uno de los integrantes de la banda. Ambos actores son antiguos conocidos para los seguidores de Mr. Hitchcock por sus participaciones en dos clásicos de la etapa británica: Banks es el padre de la niña secuestrada en The man who knew too much (El hombre que sabía demasiado), de 1934 y Watson es el prodigioso Mr. Memory de The thirty – nine steps (Treinta y nueve escalones). Les recomiendo que les presten particular atención: están caracterizados (al igual que el resto del elenco) y prácticamente irreconocibles.-

Del lado negativo, encuentro que las actuaciones de los actores principales (Charles Laughton, Maureen O’Hara y Robert Newton) no son todo lo cautivantes que deberían ser… Al menos, no me resultan efectivas. Laughton está muy bien en su segunda colaboración con Mr. Hitchcock en The Paradine case (El proceso Paradine, Agonía de amor), pero aquí ofrece lo que en mi opinión es más una caricatura que una caracterización del excéntrico y desequilibrado juez de paz local/cabecilla de la banda de saqueadores. En cuanto a O’Hara y Newton, no producen las chispas suficientes entre sí ni con el espectador… Y por sobre todas las cosas, vuelvo decir: si tuviera que elegir una palabra para calificar esta película, lamentablemente, diría que es aburrida…

En Jamaica Inn Mr. Hitchcock no hizo su cameo y para el año siguiente ya estaría instalado en Hollywood con su familia, contratado por David O. Selznick. En la próxima entrada recorreremos Rebecca (Rebeca, una mujer inolvidable), la primera colaboración entre el director y el productor.-

Esta película fue editada en Argentina en un DVD de precio accesible, que incluye The farmer’s wife, con buena calidad de imagen y sonido, y subtítulos correctos pero… en un determinado punto presenta un salto, de modo tal que pasamos de la escena que transcurre en casa de Pengallan, después de que Mary y Traherne huyeran de los saqueadores a la que se desarrolla en el interior de la posada, cuando Mary y sus tíos ya saben que Traherne es un agente de la ley. Por lo menos mi ejemplar presenta esa falla, y la descubrí demasiado tarde y a muchos kilómetros de la tienda en la que lo compré como para reclamar.-

sábado, 16 de agosto de 2014

The lady vanishes (Alarma en el expreso, La dama desaparece) – 1938


Argumento: En Brandika, un país ficticio, la joven Iris (Margaret Lockwood) y Miss Froy (Dame May Whitty), una mujer mayor, coinciden en la estación a la espera del tren que deberá llevarlas de regreso a Inglaterra. Una vez a bordo del tren Iris descubre que Miss Froy ha desaparecido y que los restantes pasajeros niegan haberla visto. Convencida de su posición Iris logra la colaboración de Gilbert (Michael Redgrave), un joven músico que también viaja en el tren. La pareja logra encontrar a Miss Froy, dejando al descubierto una conspiración internacional que intentaba asesinarla para evitar que lleve un secreto político a Inglaterra. Con la ayuda de un pequeño grupo de pasajeros, Gilbert conduce el tren fuera de Brandika y pone a salvo el secreto de Miss Froy.-

Bien, ya he dicho esto antes, pero esta es una de mis películas favoritas de Mr. Hitchcock. Es entretenida, tiene buen ritmo, excelentes actuaciones y un argumento muy bien construido. Tiene, además, la particularidad de ser la primera película del director que se desarrolla casi totalmente en un espacio reducido, un desafío cuya máxima expresión podremos ver en Lifeboat (Náufragos, Ocho a la deriva) de 1943 y que, por las exigencias técnicas y argumentales que supone, atraía a Mr. Hitchcock tanto como su opuesto: la trama del inocente en fuga por distintos escenarios.-

La primera vez que vi The lady vanishes fue en una versión doblada al español que incluía una voz en off explicando que la acción transcurre en Brandika, país ficticio en el cual se habla el brandikiano, un idioma que Mr. Hitchcock usa a voluntad a lo largo de la película. Toda esta explicación no forma parte de la versión original y no es esencial, pero tampoco viene mal. Nunca se da la ubicación de Brandika, parece ser un país del este de Europa con ubicación estratégica, en el cual confluyen viajeros de distintas nacionalidades en su camino a Londres y sabemos que tiene un gobierno dictatorial.-

La escena inicial nos presenta un paisaje nevado construido con miniaturas bastante evidentes y al volver a ver la película para escribir este comentario pensé que su tosquedad bien podría ser intencional para indicarnos que esta es una historia de artificios, en donde los personajes no son lo que parecen. Además es un adelanto de lo que veremos a continuación: una combinación de uso de miniaturas, objetos agrandados, proyecciones traseras y escenarios en escala real. Claro que también resta la posibilidad de que sólo se trate de una mala toma… lo dejo a vuestra consideración.-

Luego de la escena introductoria nos encontramos en el vestíbulo de un hotel que hace las veces de sala de espera de la estación de ferrocarriles, atestada de viajeros. Cuando se anuncia que el tren no saldrá debido a la acumulación de nieve y que los viajeros deben registrarse en el hotel para pasar la noche, se desata el alboroto. Esta escena aparentemente insignificante nos presenta a gran parte de los personajes principales y secundarios de la película: Miss Froy cruza la sala, Iris llega de una excursión con dos amigas, el Sr. y la “Sra.” Todhunter (Cecil Parker y Linden Travers respectivamente) evidencian el desgaste de su relación romántica, y Charters (Basil Radford) y Caldicott (Naunton Wayne) son dos amigos ansiosos por volver a Inglaterra que se ven obligados a alojarse en el dormitorio de la mucama. Más tarde aparece también Gilbert, quien hace enojar a Iris con sus prácticas musicales y, habiendo sido desalojado de su dormitorio a instancias de la joven, invade la habitación de ésta hasta lograr recuperar la suya. Toda esta primera parte es abordada por el director como una típica comedia de enredos que hace prever que estamos frente al esquema “chico conoce a chica, chica odia a chico, chico conquista a chica”. En rigor de verdad ello es correcto, pero la existencia de diversas capas de argumento superpuestas ofrece una textura mucho más rica que eso.-

En esta primera parte tienen bastante desarrollo no sólo los personajes de Iris, Gilbert y Miss Froy sino también los de Charters y Caldicott. Esto es importante para que los espectadores podamos entender su actitud en la segunda parte. Estos amigos no sólo son fanáticos del criquet (en un buen giro, Mr. Hitchcock nos hace creer que están preocupados por la situación política de Inglaterra, para luego revelar la verdad) sino que además sienten desagrado por Iris porque ésta acaparó la atención del conserje cuando ellos pretendían registrarse, y también en parte por Miss Froy (más Charters que Caldicott) por haberlos aburrido con su historia durante la cena y por no haberles dejado una porción mayor para suplir el desabastecimiento de comida del hotel. Todo ello combinado fundamenta su reticencia a ayudar a Iris más adelante, como ya veremos. Es interesante, finalmente, mencionar que Radford y Wayne encarnarán nuevamente a estos personajes, que aquí aparecen por primera vez, en una serie de películas posteriores.-

El final de la primera parte nos presenta a un cantor dando una serenata. La aparición de unas manos que lo toman por el cuello desde atrás nos advierte de que el peligro acecha, y en un punto me recuerda a Number seventeen (El número diecisiete), en donde también aparecían manos sin dueño. El hecho de que en aquella película este recurso sólo aportara confusión, mientras que aquí introduce una cuota de misterio que dará sus frutos más adelante cuando, en el tren, no sepamos quiénes son villanos y quiénes confiables, demuestra el crecimiento creativo de Mr. Hitchcock. Más manos anónimas intervienen a la mañana siguiente cuando Iris resulta golpeada por una maceta arrojada desde un piso superior mientras ayuda a Miss Froy con su equipaje. El atentado, dirigido contra Miss Froy, nos alerta sobre su participación en asuntos delicados no obstante su aspecto maternal y además brinda el pretexto para que Iris se desvanezca y pierda de vista a la anciana en el tren.-

Unos segundos antes de ello Mr. Hitchcock encuentra el momento para introducir un detalle que me gusta mucho: Iris está junto al tren despidiéndose de sus amigas cuando Miss Froy le pregunta si ha visto su equipaje. Frente al desconcierto de las jóvenes, la mujer se aleja e Iris nota que aquélla dejó caer sus anteojos. Dispuesta a devolvérselos, Iris se acerca a Miss Froy y es entonces cuando resulta herida. Este pequeño detalle explica porqué la joven reconoce los anteojos en una escena posterior y redondea la historia. De la misma forma, en las escenas siguientes veremos otros elementos que parecen insignificantes pero no lo son, tales como el paquete de té que Miss Froy entrega al mozo del vagón comedor o su propio nombre, que la dama escribe con el dedo en un vidrio.-

Una vez que las damas arriban al tren aparecen nuevos personajes secundarios: el Sr. Doppo (Philip Leaver) y su familia y la Baronesa (Mary Clare) completan el compartimiento que ocupan Iris y Miss Froy y su aspecto sospechoso nos hace prever que algo está por suceder. Unos momentos más tarde, las dos mujeres deciden ir al vagón comedor por un té. En el camino Miss Froy tropieza y entra por accidente en el compartimiento del Sr. Todhunter y su compañera. Mr. Hitchcock decide quedarse con éstos últimos para que los espectadores los conozcamos: se trata de una pareja de amantes volviendo de una escapada romántica que no ha salido del todo bien. El hombre, un abogado inglés, teme encontrar algún conocido a la vuelta de cada esquina y que el escándalo que presupondría el hecho de viajar con una mujer casada mientras su propia esposa aguarda en casa pueda arruinar sus posibilidades de llegar a ser juez. Aquí nuevamente Mr. Hitchcock nos presenta un detalle que aparenta ser de color pero luego resultará sumamente importante para redondear la trama justificando la actitud de estos personajes. En el mismo sentido, cuando Miss Froy nota que no han llevado azúcar a la mesa, la pide a Charters y a Caldicott, llamando su atención al interrumpir su conversación sobre criquet e impidiendo que utilicen los terrones para ilustrar una jugada. Ello hará que los amigos luego recuerden haber visto a la dama en el vagón comedor, aún cuando lo nieguen. De este modo, el director construye su estructura pacientemente, ladrillo a ladrillo.-

Cuando un par de escenas más adelante Iris se despierta y no encuentra a Miss Froy, las posturas de los personajes secundarios están lo suficientemente afirmadas como para que los espectadores no las cuestionemos, y he aquí el gran acierto de esta película frente a otras que han abordado el mismo tema: en tramas como esta sabemos que algunos personajes formarán parte de la conspiración y otros habrán sido sobornados para colaborar pero ¿y el resto? En The lady vanishes resulta creíble que ese “resto” se niegue a ayudar a los héroes porque ello atentaría contra sus propios intereses. Como aquí hemos conocido esos intereses, aún cuando nos parezcan banales, aceptamos la postura de los personajes “neutrales” porque la misma es consistente con su historia y lógica. Creo que por esta vez “nuestros amigos los verosímiles” quedarán satisfechos, aunque es honesto decir que ya encontrarán motivos para menear las cabezas…

En su búsqueda, Iris recorre el tren y se reencuentra con Gilbert. Éste decide ayudarla motivado en principio por su ánimo de conquistarla, aunque después, gracias al ya mencionado paquete de té, comienza a creer su versión. Ambos tropiezan con el Dr. Hartz (Paul Lukas), un médico que traslada a un paciente en grave estado y cuya cabeza está íntegramente vendada, con ayuda de una monja que oficia de enfermera (Catherine Lacy). Tras una movida escena en uno de los vagones de carga, en la cual Gilbert e Iris se trenzan en una pelea con el Sr. Doppo, nuestros protagonistas deciden confiar en el Dr. Hartz y requerir su ayuda. Esto resultará ser un error: el médico forma parte de la conspiración, y encomienda a su asistente, que en realidad no es monja ni enfermera, que envenene las bebidas de los jóvenes. Recurriendo a objetos construidos especialmente a mayor escala, Mr. Hitchcock nos muestra la conversación entre Gilbert, Iris y el Dr. Hartz a través de las tres copas que han pedido, utilizando distintos ángulos para sus planos en una forma ligeramente similar a la utilizada en Sabotage para la escena de la explosión en el autobús.-

Luego, los protagonistas logran dar con Miss Froy, que ha sido ocultada bajo los vendajes del supuesto paciente del Dr. Hartz, a la vez que se revela que éste y la baronesa son los cerebros de la operación, mientras que el Sr. Doppo y la falsa monja actuaban como colaboradores. Hacia el final de la película, ésta última cambiará su postura, decidirá ayudar a los héroes y su participación será decisiva para la resolución de la trama.-

Para el tercer acto, justo cuando parecía que la victoria estaba asegurada para los héroes, el Dr. Hartz descubre que Iris y Gilbert reemplazaron a Miss Froy por Madame Kummer (Josephine Wilson), una cómplice de los villanos, y ordena desenganchar los vagones posteriores a aquel que ocupan los protagonistas. Delante de éste sólo se encuentra el vagón comedor y hacia allí se dirigen los héroes esperando hallar la colaboración de los restantes pasajeros. Cuando la locomotora se detiene en una vía muerta, se inicia un tiroteo entre ambos bandos. En medio de ello, Miss Froy llama aparte a Gilbert y a Iris y les revela que se trata de una agente que debe llevar un mensaje a Gran Bretaña: se trata de una tonada que contiene la cláusula secreta de un tratado entre dos Estados codificada en sus notas. Temiendo fallar en su objetivo, Miss Froy enseña la canción a Gilbert para que él la trasmita a las autoridades y a continuación salta del tren y se pierde en el bosque. A continuación, Gilbert y Caldicott dirigen la locomotora hacia el otro lado de la frontera brandikiana con ayuda de la falsa monja. Finalmente, de regreso a Inglaterra, Iris abandona a su prometido en la misma estación de trenes y se escabulle con Gilbert en un taxi. A modo de epílogo, los enamorados esperan cumplir con el encargo de Miss Froy mientras planean su luna de miel cuando de pronto… ¡Gilbert olvida la canción! Ambos se sorprenden al escuchar la tonada interpretada en el piano: se trata de la anciana dama, que se ha salvado y recibe a los jóvenes con los brazos abiertos. La última toma de la película es para su rostro sonriente.-

Como he señalado en párrafos anteriores, The lady vanishes se destaca por los aciertos de su guión. Esta es, probablemente, la película mejor construida de las que hemos visto hasta ahora, en el sentido en que en ella nada es gratuito, cada pequeño detalle cumple su función en la trama. Tal vez el único punto débil sea el hecho de que un secreto político tan importante como el que constituye el McGuffin de la película haya sido reducido a una cancioncita y que, para mayor incomodidad de “nuestros amigos los verosímiles”, la encargada de proteger este secreto sea una anciana que por lo visto no logró evitar que los villanos la secuestraran. Veamos: un McGuffin no sería tal si no fuera insignificante y además estos elementos contribuyen al tono ligero de la película, de modo que tales objeciones carecen de peso.-

Visualmente, esta película no ofrece mayores sorpresas en cuanto a los encuadres y movimientos de cámara. En el segundo acto Mr. Hitchcock vuelve a recurrir a la superposición de imágenes para ilustrar la confusión de Iris, pero lo cierto es que además de los planos entre copas que ya mencioné, esta película se destaca más por aquellos elementos que pasan desapercibidos. Son ejemplos de ello las proyecciones traseras, que en general están bien muy logradas y la calidad de la edición, que aporta fluidez y buen ritmo en toda la película excepto cuando se necesita una breve pausa para manipular el sentido del tiempo: me refiero a la escena en la cual Iris, sumamente nerviosa, tira del cordón para detener el tren con intención de persuadir a los demás pasajeros de que la ayuden a encontrar a Miss Froy. Después de un fundido a negro, volvemos a encontrarnos con Charters y Caldicott, instalados en su compartimiento mientras detrás de ellos el paisaje sigue avanzando. Este recurso de edición nos genera una chispa de intriga, porque hasta que no volvamos del fundido no sabremos si Iris logró o no su objetivo; y a la vez distorsiona nuestro sentido del tiempo, impidiéndonos saber con exactitud cuánto pasó desde la última escena.-

En cuanto a las actuaciones, el trío principal compuesto por Margaret Lockwood, Michael Redgrave y Dame May Whitty tiene una química perfecta. Esto podría aplicarse también al resto del elenco, pero tratándose de quienes sostienen la trama debo decir que los tres, especialmente, despliegan un carisma y una espontaneidad que no siempre vemos en la gran pantalla (o en la pequeña). Los demás integrantes del reparto aportan, una vez más, un sostén impecable al grupo principal.-

El cameo de Mr. Hitchcock puede verse prácticamente al final de la película: pasa delante de la cámara en la estación de trenes.-

Esta película se consigue fácilmente en DVD en Argentina, en una presentación triple que incluye The lady vanishes, Suspicion (Sospecha) y The man who knew too much (El hombre que sabía demasiado, En manos del destino) de 1956. La calidad de la imagen y el sonido es bastante buena y los subtítulos no son perfectos, pero sí correctos.-