martes, 28 de octubre de 2014

Mr. and Mrs. Smith (Matrimonio original) – 1941

Argumento: David y Ann Smith (Robert Montgomery y Carole Lombard respectivamente) han estado felizmente casados durante tres años… o al menos eso creen hasta que reciben la visita de Harry Deever (Charles Halton), un funcionario que llega para comunicarles que por un error administrativo su matrimonio no es válido. Cuando resulta evidente que David no tiene intenciones de volver a proponerle casamiento, Ann lo expulsa del hogar y decide comenzar una nueva vida. Ahora David deberá ganar el corazón de Ann antes de que lo haga su amigo Jeff (Gene Raymond).-

Esta película es una verdadera rareza dentro de la filmografía de Mr. Hitchcock. Sin bien el humor no es ajeno a su obra, esta es la única comedia “pura” que hará (ello si consideramos que “The trouble with Harry” – Pero ¿quién mató a Harry?, El tercer tiro – es tanto una comedia como un whodunit). Más precisamente se trata de una screwball comedy, un sub – género típicamente hollywoodense que tuvo su apogeo entre los años ’30 y ’40 y se caracteriza por los diálogos rápidos, las situaciones absurdas y porque generalmente trata sobre las relaciones románticas y el matrimonio. Mr. Hitchcock accedió a filmarla a instancias de Carole Lombard –los Hitchcock eran amigos de Lombard y su marido, Clark Gable – pero reconoció en su diálogo con François Truffaut que no comprendía los personajes de la película y que se limitó a filmar las escenas tal y como estaban escritas en el guión.-

El punto central de la película, consistente en la pregunta ¿volvería a elegir a su pareja si tuviera la posibilidad de volver el tiempo atrás? se plantea expresamente en las primeras escenas de la película. Al reconciliarse tras una pelea, Ann pregunta a David si escogería seguir casado con ella si pudiera volver a ser soltero. Él no desea herirla pero, apegado a un compromiso de sinceridad mencionado por Ann un momento antes, admite que optaría por la soltería. En la escena posterior el deseo de David de hace realidad: un funcionario llamado Harry Deever visita a David en su estudio jurídico para comunicarle que su matrimonio no es válido debido a una confusión de límites entre dos estados y para devolverle los dos dólares pagados por la licencia de matrimonio. Mientras David diseña un plan para pasar la noche con Ann engañándola en su buena fe, el Sr. Deever visita a Ann – eran viejos conocidos de la infancia – y la pone al tanto de las novedades. Esta es la base del conflicto que mantendrá a Ann y a David jugando al gato y al ratón durante el resto de la película.-

Conforme a los códigos cinematográficos de la época Ann, secundada por su madre, se preocupa por conservar su honra y por interrumpir la vida conyugal con David hasta tanto no se casen legalmente. De la misma forma, los padres de Jeff se horrorizan al sospechar que la prometida de su adorado hijo habría mantenido una relación sentimental con el amigo de éste. Tanto la madre de Ann como la de Jeff se presentan como una versión ligera y adaptada al tono de la película de las madres hitchcockianas: son invasivas y pretenden seguir manejando las vidas de sus hijos aún cuando éstos sean adultos. El padre de Jeff, por su parte, es una de las pocas figuras paternas fuertes en la obra del director – el único otro caso es el Sr. Anthony de Strangers on a train (Pacto siniestro). Como contrapartida a estos padres severos, los jóvenes de la película se muestran infantiles, incapaces de aclarar los malentendidos o de escuchar las explicaciones del otro (claro que si pudieran hacerlo tendríamos una película muy breve…) y Ann, particularmente, es referida en varias oportunidades por David como una niña.-

Los actos primero y segundo están poblados de personajes secundarios que dan gran vida a la película: el Sr. Deever, la madre de Ann (Esther Dale), el dueño del restaurant al cual va la pareja (William Edmunds), Chuck – el compinche de David en sus aventuras de soltero – (Jack Carson), Gertie y Gloria – las conquistas de Chuck y David – (Betty Compson y Patricia Farr, respectivamente), el taxista contratado por David para seguir a Ann (Murray Alper) y los padres de Jeff (Philip Merivale y Lucile Watson) brillan en sus breves apariciones y por momentos su luz parece superar a la de los protagonistas. En el tercer acto, por el contrario, cuando David, Ann y Jeff se trasladan a un refugio de montaña el ritmo de la película languidece un poco.-

Mr. and Mrs. Smith presenta una estética bastante convencional desde la elección de los planos y en cuanto a la mayor parte de los decorados. Sobresale el pequeño restaurant al que David y Ann vuelven después de varios años para descubrir que no es el lugar romántico que recuerdan sino una fonda de mala muerte ubicada en un vecindario muy distinto de la zona acomodada en la que vive la pareja. Aquí Mr. Hitchcock aprovecha para mostrar el contraste entre la acaudalada pareja (aunque Ann no luzca tan distinguida con su falda demasiado estrecha) y los niños que los miran sorprendidos y con ello se reconcilia, por decirlo de alguna forma, con el género: Mr. Hitchcock comparte con las screwball comedy el hábito de introducir pequeños comentarios sociales en sus películas al forzar la interacción de personajes de distintos estamentos.-

En cuanto a las actuaciones, como decía anteriormente, los responsables de encarnar a los personajes menores se destacan especialmente, animan la historia y la impulsan hacia adelante. La cuestión es un tanto diferente cuando consideramos a los actores principales. Robert Montgomery y Carole Lombard tienen buena química: las escenas en las que aparecen juntos están muy logradas y los espectadores llegamos a creer que tienen el grado de conocimiento y confianza mutua que debe existir entre sus personajes al cabo de tres años de convivencia. Mención aparte merece la última escena, en la cual David decide poner fin a la disputa entendiendo que Ann ya le ha hecho correr lo suficiente y que ahora es tiempo de darle alcance. Ambos la interpretan con sinceridad, de modo tal que sentimos que la película llega a buen puerto y el final no es menos encantador por ser previsible (y es, debo decir, bastante sexy lo cual no siempre es habitual entre dos personajes casados… o casi). Es interesante tener en cuenta, además, que esta fue la penúltima película de Carole Lombard antes de fallecer en un accidente aéreo cuando estaba en la cúspide de su carrera… Mis reparos en cuanto al reparto surgen en torno a Gene Raymond: su personaje no es lo suficientemente atractivo como para antagonizar con el de Montgomery y además ¿qué clase de hombre corteja a la mujer que se suponía estaba casada con su mejor amigo? Y aquí llego a un punto en donde ya no sé si las fallas están en el personaje o en el actor. Tal vez las deficiencias de Jeff son más notorias debido a una actuación plana, o acaso la interpretación fue orientada por las características del
personaje…

El cameo de Mr. Hitchcock en Mr. and Mrs. Smith puede verse en el transcurso del travelling hacia atrás y arriba con que se muestra a David y a Jeff – ahora rivales – saliendo del edificio de Ann. El director atraviesa la toma caminando de izquierda a derecha de la pantalla, luciendo abrigo y sombrero.-

Esta película no fue editada en DVD en Argentina. Les recomiendo una versión importada que fue lanzada a la venta individualmente y también como parte integrante de un box set llamado The signature collection. El conjunto se completa con Foreign correspondent (Enviado especial), Suspicion (Sospecha), Stage fright (Pánico en la escena), Strangers on a train (Pacto siniestro), I confess (Yo confieso, Mi secreto me condena), Dial M for murder (Crimen perfecto, La llamada fatal), The wrong man (Falso culpable, El hombre equivocado) y North by Northwest (Con la muerte en los talones, Intriga internacional). La calidad de la imagen y del sonido es excelente y los subtítulos en español son muy buenos. El DVD además trae un documental sobre la realización de la película, muy interesante pero sin subtítulos en español.-

sábado, 11 de octubre de 2014

Foreign correspondent (Enviado especial) – 1940


Argumento: En los días previos al comienzo de la II Guerra Mundial, Johnny Jones (Joel McCrea), un periodista estadounidense, es enviado a Europa para entrevistar a Van Meer (Albert Bassermann), un diplomático holandés que tiene la clave de la situación política del momento. Allí Johnny se reúne con Stephen Fisher (Herbert Marshall) y su hija Carol (Larraine Day), miembros de una organización pacifista. Cuando Van Meer desaparece, Johnny se ve envuelto en una trama de espías la cual intentará desentrañar con ayuda de Carol y de un colega periodista llamado Scott ffolliott (George Sanders).-

Esta es una de las películas menos conocidas de la etapa hollywoodense de Mr. Hitchcock y sin dudas no debe haberle ayudado que el propio director fuera tan moderado al ser interrogado sobre ella por François Truffaut… Todo ello no parece justo. Foreign correspondent está llena de ideas bien ejecutadas, tiene muy buenas actuaciones, intriga, acción, romance, humor y en suma, es una típica película hitchcockiana. Tiene además un mérito importante, si tenemos en cuenta el contexto histórico en el cual fue realizada: en pleno esfuerzo propagandístico esta película logró superar la prueba del tiempo y, con excepción de unos pocos detalles, puede ser disfrutada hoy tanto como lo fue setenta y cuatro años atrás.-

La trama se inscribe en la tradición de Treinta y nueve escalones, en el sentido en que cuenta las aventuras de un inocente involucrado en una situación que lo excede y lo lleva a desplazarse por distintos escenarios conociendo a una serie de personajes secundarios que lo ayudarán o intentarán detenerlo, según el caso. Además, como se ha señalado frecuentemente, el protagonista de este tipo de historias emprende un viaje no sólo externo sino también interno, descubriéndose a sí mismo y, a menudo, encontrando el amor en el camino. Hannay en The thirty – nine steps (Treinta y nueve escalones), Érica en Young and innocent (Inocencia y juventud), Iris en The lady vanishes (La dama desaparece, Alarma en el expreso) y en cierto modo la protagonista innominada de Rebecca (Rebeca, una mujer inolvidable) son ejemplos de ello y encontraremos muchos más a lo largo de la obra de Mr. Hitchcock.-

En este caso, Johnny Jones es un periodista de poco renombre, que ignora mucho acerca de la situación política internacional y que está a punto de ser despedido por sus inconductas pasadas. Al ser designado como corresponsal extranjero y enviado a Europa, no solo debe asumir un rol extraño sino que además debe ejercerlo bajo un seudónimo impuesto – Huntley Haverstock – con lo cual el desplazamiento de su identidad es doble. A partir de allí veremos que la cuestión del artificio y la sustitución es un tema tan importante en Foreign correspondent como lo son la guerra y el amor. Muchos otros personajes en la película asumen personalidades o actitudes que no les son propias, con distintos grados de intensidad. Cuando Johnny y Van Meer se conocen, en los primeros minutos de película, el diplomático se muestra como un hombre disperso y casi infantil, aunque en realidad está evitando deliberadamente el interrogatorio del periodista. Más adelante, un colaborador de los villanos simulará ser un campesino; Monsieur Krug (Eduardo Cianelli) ofrecerá su rostro más respetable para encubrir su naturaleza vil y cruel; Rowley (Edmund Gwenn) aparecerá como un guardaespaldas bonachón cuando en realidad es un asesino a sueldo; ffolliott simulará una negociación extorsiva con Fisher para obtener información; y Fisher, por último (y ¡atención! se avecina un gran spoiler) esconderá, bajo su barniz de respetabilidad, su pertenencia a las fuerzas nazis.-

Básicamente, Carol es la única que es tal como la vemos: resuelta, jovial y fiel a sus principios. Su personaje funciona en el mismo sentido que ya hemos visto en películas anteriores, sobre todo en Treinta y nueve escalones y en Inocencia y juventud. Al igual que Pamela en la primera y Érica en la segunda, opondrá resistencia a los avances amorosos del protagonista masculino en la medida en que no esté segura de que puede confiar en él. En este caso no se trata de que Johnny sea perseguido por la comisión de un crimen, sino de que su personalidad no se ajusta a los estándares de Carol (tal como los de Gilbert no se ajustan a los de Iris en La dama desaparece…). La cuestión de la confianza está permanentemente presente en la obra de Mr. Hitchcock y esta característica hace que sus
historias de amor tengan una textura mucho más rica que la simple trama de “chico conoce a chica” en donde el amor a primera vista o la hostilidad injustificada son las respuestas para muchos argumentos. Además, esta película contiene una escena romántica que debe ser de las más breves de la historia: Johnny y Carol viajan en barco desde Holanda a Inglaterra. Como no han conseguido camarote deben pasar la noche en la cubierta, abrigados con mantas. Súbitamente, Johnny dice a Carol “te amo y quiero casarme contigo”, a lo que Carol responde “yo te amo y yo quiero casarme contigo”. Johnny se muestra un tanto decepcionado por la brevedad de la situación, pero Carol lo consuela asegurándole que cualquier cosa que le diga sonará mejor cuando estén casados. Esta sería casi una “anti” escena de amor (como ciertamente lo es la proposición de matrimonio en Rebecca) si no funcionara tan bien, y es que aquí encontramos ese factor misterioso constituido por la química entre actores…

Desde lo argumental, finalmente, encuentro que Foreign correspondent también trata sobre la aceptación del destino propio. Como decía en un párrafo anterior, Johnny no sólo emprende un viaje exterior sino también uno interior. Al igual que otros héroes hitchcockianos (pienso, por ejemplo, en Roger Thornhill en North by Northwest – Intriga internacional, Con la muerte en los talones – en Connie Porter en Lifeboat – Náufragos, Ocho a la deriva – y también en Alicia Hubermann en Notorious – Encadenados, Tuyo es mi corazón), lleva una vida superficial muy por debajo de lo que podría alcanzar. Su camino será difícil y peligroso, pero al transitarlo Johnny se convierte en lo que está llamado a ser. Y por si le quedara alguna duda tiene frente a sí el modelo de aquello que podría terminar siendo, en la persona de Stebbins (Robert Benchley).-

Esta película se destaca por retomar un antiguo criterio del director, según el cual los elementos que ofrece el entorno deben ser utilizados dramáticamente. De este modo, habiendo decidido situar parte de la acción en Holanda, Mr. Hitchcock explotará al máximo sus posibilidades. La secuencia en la cual Johnny persigue al asesino de Van Meer (otro spoiler con mis sinceras disculpas) entre los ciclistas y tranvías para terminar en las afueras de la ciudad junto al molino cuyas aspas giran en sentido contrario al viento, es simplemente brillante. Desde lo visual, la secuencia se inicia con un paneo dedicado a colocarnos en situación en este maravilloso escenario construido en estudio (los invito a descubrir o volver a ver esta escena teniendo esto en mente). Cuando Van Meer es atacado por un falso fotógrafo (otra sustitución de identidad), el diplomático es mostrado en primer plano con su rostro cubierto de sangre. Inmediatamente el asesino se da a la fuga y Johnny lo persigue entre la muchedumbre guarecida bajo paraguas negros. Este recurso no sólo provee una toma interesante, sino que en términos prácticos da la sensación de que hay más extras de los que seguramente se utilizaron.-

Luego Johnny entra furtivamente en el molino utilizado como guarida de los villanos y que constituye otro decorado impecable (además de ser el escenario de un momento de tensión muy bien realizado, cuando el impermeable de Johnny es atrapado por los engranajes del molino). Finalmente, el clímax de la película se alcanza en la escena que transcurre en el interior de un avión en el cual viajan Fisher, Carol, Johnny y ffolliott. De pronto el avión es bombardeado por error y cae en picada sobre el mar. En una época en la que por supuesto no existían los efectos especiales generados digitalmente, Mr. Hitchcock logra poner en pantalla la inmersión del avión en el océano en una toma ininterrumpida, con la cámara
ubicada dentro de la cabina y dirigida hacia el vidrio frontal del artefacto. Toda la secuencia del hundimiento del avión es notable, pero esta toma en particular es absolutamente increíble. Para los apasionados por los detalles técnicos de las películas recuerdo que Mr. Hitchcock explicó a Truffaut cómo se filmó esta escena: la imagen del océano acercándose al cristal de avión fue proyectada en una pantalla de papel ubicada delante de un tanque de agua. Cuando se presionaba un botón, la pantalla se rasgaba y entonces se liberaba el agua del tanque. Un poco más adelante, cuando la cámara captura la ascensión del agua dentro del avión, dejando a sus ocupantes atrapados, Mr. Hitchcock se vale de un techo de papel que permite a los actores asomar la cabeza por fuera del artefacto para respirar, mientras el efecto es disimulado por el cúmulo de agua que llena el cuadro.-

Por lo demás, la elección de los planos en la película es bastante convencional y ¿quién necesita encuadres o movimientos de cámara ostentosos con tanto sucediendo en la pantalla? Como una constante, en su madurez creativa Mr. Hitchcock nos enseña que la emoción debe provenir de aquello que se muestra y no de una ubicación caprichosa de la cámara.-

En cuanto a la banda sonora, a cargo de Alfred Newman, es un buen ejemplo de cómo ésta puede definir el tono de una película y desde el comienzo nos sugiere el understatement que caracteriza a Foreign correspondent. La música además es el elemento central en una escena conmovedora: como ya habíamos visto en la escena del molino, Van Meer en realidad no fue asesinado sino secuestrado por los villanos (más spoilers). En el final del segundo acto, el diplomático es retenido en el piso superior de un inmueble en refacciones y obligado a mantenerse despierto a fuerza de fuertes luces y música jazz reproducida sin cesar y a volumen alto. El contraste entre la vivacidad de la música y la gravedad de la escena aumenta su dramatismo (dicho sea de paso, aquí aparece el Mac Guffin de la película: se trata de una cláusula secreta en el tratado belga – holandés, que fue memorizada por los dos firmantes).-

Para ir terminando, debo decir que contrariamente a la opinión del director, vertida ante François Truffaut, creo que las actuaciones de Joel McCrea y de Larraine Day son muy satisfactorias. McCrea lleva adelante su rol con soltura, naturalidad y energía perfectamente acordes con el tono general de la película. Day, por su parte, resulta encantadora. Juntos generan, además y como ya había mencionado, muy buena química. Herbert Marshall vuelve a colaborar con Mr. Hitchcock luego de su protagónico en Murder! (Asesinato) y compone un típico villano hitchcockiano: es respetable, elegante y siniestro a la vez, con ese perro gran danés que lo sigue y que refleja su lado oscuro; y tiene – como tendrá James Mason en North by Northwest – sus “pesados”: Edmund Gwenn (otro antiguo colaborador de Mr. Hitchcock) y Eduardo Cianelli (¿cuál será la historia de la cicatriz que su personaje oculta bajo el cuello de su polera?). George Sanders también vuelve después de
Rebecca, esta vez del lado de “los buenos” y Robert Benchley (contratado inicialmente para incorporar humor a los diálogos) construye un personaje agridulce. Mención aparte merece el trabajo de Albert Basserman, quien compone un personaje conmovedor y sorprendentemente fuerte bajo su aparente debilidad física. Escuchando el parlamento que Van Meer dirige a sus captores uno realmente llega a creer que el mundo estaría a salvo con más hombres como él en los puestos claves. La elección de Mr. Hitchcock para este rol esconde, además de los motivos artísticos y/o contractuales que pudieron existir, un elemento político: como bien señala Donald Spoto en su libro “The art of Alfred Hitchcock. Fifty years of his motion pictures”, Mr. Hitchcock fue uno de los pocos directores que en pleno apogeo del nazismo osó otorgar a actores germanos roles positivos o heroicos. De esta manera, sutilmente, intentó contrarrestar el recelo hacia los refugiados alemanes, imperante por esos años (esta actitud del director generaría más de una controversia cuando tres años después filmara Lifeboat, en donde presenta un personaje alemán habilidoso y dominante frente a un grupo de estadounidenses indefensos).-

El cameo de Mr. Hitchcock en esta película es muy fácil de reconocer: a poco del comienzo se cruza con Johnny en la calle y avanza directo hacia la cámara leyendo un diario mientras camina.-


Foreign correspondent no fue editada en DVD en Argentina. Yo recomiendo una versión importada que fue lanzada a la venta individualmente y también como parte integrante de un box set llamado The signature collection. El conjunto se completa con Mr. and Mrs. Smith (Matrimonio original), Suspicion (Sospecha), Stage fright (Pánico en la escena), Strangers on a train (Pacto siniestro), I confess (Yo confieso, Mi secreto me condena), Dial M for murder (Crimen perfecto, La llamada fatal), The wrong man (Falso culpable, El hombre equivocado) y North by Northwest (Con la muerte en los talones, Intriga internacional). La calidad de la imagen y del sonido es excelente, al igual que la de los subtítulos en español. El DVD se completa con un documental sobre la realización de la película, muy interesante pero sin subtítulos en español.-