miércoles, 14 de enero de 2015

Shadow of a doubt (La sombra de una duda) – 1943


Argumento: Charles Oakley (Joseph Cotten) es un hombre perseguido por la policía que se refugia en la casa de Emma Newton (Patricia Collinge), su hermana, y la familia de ésta en un pequeño pueblo californiano. Su sobrina (Teresa Wright), llamada Charlie en su honor y quien siente una especial afinidad por Charles, inicia su propia investigación acerca de la verdadera naturaleza de su tío tras la llegada de dos detectives (MacDonald Carey y Wallace Ford).-

Frecuentemente se menciona que esta era la película favorita de Mr. Hitchcock entre todas sus obras y al verla resulta fácil intuir que si esto no era exactamente así, al menos debió estar entre sus predilectas. Aquí la trama, las locaciones, la elección de los planos y sobre todo las actuaciones se combinan a la perfección para lograr una gran película. La sombra de una duda representa, además, un hito en la filmografía de Mr. Hitchcock en cuanto a la complejidad de los personajes retratados.-

Una de las primeras cosas que notamos en esta película es la gran habilidad de Mr. Hitchcock para contar una historia a través de las imágenes, desarrollada a través de su trabajo en el cine mudo en Inglaterra y Alemania. Así, la primera secuencia de la película nos muestra la poco glamorosa área de Filadelfia en la cual se aloja Charles mediante una serie de planos cada vez más cortos y más próximos a la pensión que habita, hasta que finalmente lo vemos recostado en su cama fumando un cigarro (un eco de esta secuencia dará comienzo a Psycho – Psicosis – diecisiete años después). Con su primera aparición aprendemos mucho sobre su personalidad sombría y advertimos que se encuentra en una situación límite, aunque todavía le queda un resto de fuerzas para seguir huyendo.-

La secuencia inicial es duplicada unos minutos después en el pueblo de Santa Rosa, California, en donde vive la familia Newton. Santa Rosa es mostrado como un lugar apacible e idílico y, significativamente, el primer habitante al que conocemos es el sonriente policía que dirige el tránsito. Sin lugar a dudas, aquí reina el orden y la cordialidad y la llegada del tío Charlie supone una alteración a este estado de cosas. Mr. Hitchcock expresa esta idea al momento de mostrarnos el arribo del tren a la estación: la locomotora arroja un humo negrísimo y proyecta sobre el andén una sombra que parece devorarlo todo. La familia Newton, por su parte, también es presentada en forma visual: cada integrante tiene su momento y personalidad definida y el realismo y calidez con que se retrata a todo el grupo hace recordar a la familia de la protagonista en “Inocencia y juventud” (1937).-

Mencioné en comentarios anteriores que a Mr. Hitchcock le gustaba provocar en los espectadores dilemas morales al colocarnos del lado del villano durante algún segmento de película. En La sombra de una duda lleva ese principio más lejos al convertir a su protagonista en un villano. Y es que, como descubrimos a poco de comenzada la película, el tío Charlie no es el “hombre equivocado”. Ahora bien, la corrupción de Charlie es indirectamente atribuida a un trauma de la niñez pero él no es el único personaje desviado. En cuanto la joven Charlie enfrenta a su tío, su propio lado oscuro empieza a aflorar, llegando a amenazarlo de muerte cuando aquél se niega a irse del pueblo. Para este punto en la película, con todos aquellos comentarios acerca de lo parecidos que son el tío y la sobrina y cómo cada uno parece leer la mente del otro, bien podemos preguntarnos cuánto de la perversión de Charlie fue heredado por su sobrina, o en todo caso, cuánto podrá la joven Charlie adentrarse en el mundo oscuro de su tío sin degradarse. En su camino, la muchacha descubre el lado perverso de quienes la rodean: la afición de su padre (Henry Travers) a los crímenes comienza a repugnarle y su primera incursión en un local nocturno le revela una versión menos afortunada que ella de la joven mujer americana. Incluso su romance con Jack Graham está contaminado por la influencia de Charlie…

La sombra de una duda es, además de un ensayo acerca de la ambigüedad moral de las personas, un excelente ejemplo del buen uso de la escenografía. La escalera interior enfrentada a la puerta de entrada permite al director cubrir mayor espacio en una misma toma, por ejemplo cuando muestra a la joven Charlie, a su madre y a los dos detectives saliendo de la casa (por cierto, en un gran detalle Mr. Hitchcock “atraviesa” la puerta de calle mientras retrocede para dar paso al grupo) o cuando la muchacha puede ver desde el exterior de la casa a su tío “ganando” a su hermana Ann (Edna May Wonacott) al cargarla hacia el piso superior. La casa también provee elementos que son utilizados dramáticamente cuando, entre otros, la misma escalera permite que un Charlie entusiasmado por la captura de un falso culpable súbitamente se voltee y vea a su sobrina parada fuera de la casa, mirándolo, empequeñecida por la perspectiva pero a la vez ocupando todo el espacio de la puerta: para Charles no habrá escapatoria ni seguridad mientras la joven Charlie sepa la verdad…

Las actuaciones en esta película son, sin excepción, entre muy buenas y brillantes. Joseph Cotten está increíble: puede ser encantador, despreciable, amenazante y ¿hay algo más escalofriante que esa mirada directa al espectador cuando suelta su discurso sobre las viudas de la grandes ciudades? Junto a Teresa Wright compone la relación tío – sobrina en el delicado límite entre el afecto familiar y la seducción que no llegará a concretarse. Ambos manejan, además, un amplio rango de emociones y en esto se les suma Patricia Collinge (quien fue, según se dice, la autora de la escena entre Teresa Wright y MacDonald Carey en el garaje). Éste último no recibió muchos elogios por parte de Mr. Hitchcock en su imprescindible diálogo con François Truffaut, y debo reconocer que como galán no tiene suficiente peso específico frente a Joseph Cotten, pero hay algo en la falta de confianza en sí mismo que proyecta que me resulta apropiado para el detective enamorado que encarna. Henry Travers crea un personaje adorable como un padre un poco ajeno a lo que sucede en su propio hogar y ¡qué decir de los niños Edna May Wonacott y Charles Bates! Finalmente, Hume Cronyn por poco no logra el papel del vecino de los Newton, Herb, por ser demasiado joven (nada que un poco de maquillaje no pudiera remediar). Mayormente es una presencia calma y dulce en la película pero últimamente me he preguntado sobre su vida en el hogar, con su afición por los asesinatos que “parecen accidentes” y su madre recluida en casa. Tal vez el querido Norman Bates (de Psicosis, ya saben) no sea el único que guarda un secreto…

El cameo de Mr. Hitchcock puede verse en la escena en la que Charles Oakley finge estar enfermo en el tren que lo conduce a California. El director juega al rummy con una pareja mayor, de espaldas a la cámara.-

La sombra de una duda fue editada en DVD en Argentina integrando la serie llamada “Colección Hitchcock” (otros títulos disponibles, editados en forma individual, son Saboteur – Saboteador – Rope – La soga – Rear window – La ventana indiscreta – y Vertigo – Vértigo – entre otros). La calidad de imagen y sonido es perfecta, los subtítulos excelentes y, como cada título de la colección, viene con un documental muy interesante dirigido por Laurent Bouzereau, con subtítulos en español.-