sábado, 27 de junio de 2015

Stage fright (Pánico en la escena) – 1950

Argumento: Eve Gill (Jane Wyman), una joven aspirante a actriz, se involucra en una trama policial en un intento por ayudar a su enamorado Jonathan Cooper (Richard Todd), principal sospechoso del asesinato del marido de una famosa actriz de teatro, Charlotte Inwood (Marlene Dietrich).-

Stage fright es una de las películas “raras” de Mr. Hitchcock: no tuvo éxito comercial en su momento, no es una historia de suspenso por lo que no califica como un típico film hitchcockiano y por último fue prácticamente atacada tanto por el director como por M. Truffaut en su diálogo lo cual, como mencioné en casos anteriores, no deja de influir en la opinión del espectador. No obstante todo ello, a mí me parece bastante entretenida y llena de detalles atractivos aún cuando no pueda considerarse una gran película. Dado que Stage fright es un whodunit, anticipo que sólo puedo llegar hasta cierto punto sin cometer spoilers

La película comienza un telón que se levanta sobre Londres. De esta forma, ya desde los títulos de apertura, Mr. Hitchcock nos advierte que todo lo que estamos por ver pertenece al mundo de la ficción y está teñido de falsedades y artificialidad. Esta advertencia es válida en dos niveles: la trama tiene un trasfondo teatral (los principales involucrados son actores y gran parte de la acción transcurre en entornos teatrales); y además los protagonistas se mienten y engañan los unos a los otros. El ejemplo más claro de ello es el famoso “falso flashback” que contiene la película. Tal como revela el libro de Truffaut, el relato de Jonathan sobre cómo se convirtió en cómplice de Charlotte en el homicidio de su esposo es totalmente falso y en el tercer acto descubrimos junto con Eve que, en realidad, el asesino es Jonathan y Charlotte la cómplice/instigadora. Este aspecto de la película es muy criticado por quienes (incluido el propio director) entienden que nunca debe mostrarse un flashback falso. En lo personal nunca me molestó este detalle, porque no lo interpreto como un flashback sino como la representación de la historia que Jonathan cuenta, es decir que entiendo que en lugar de mostrarnos a un actor recitando sus parlamentos durante cinco minutos, el director opta por permitirnos ver aquello de lo que se habla. Sí creo que Mr. Hitchcock en un punto queda atrapado en su propia trampa: en la escena en la que Jonathan visita a Charlotte en su camarín, ésta le habla sobre la forma en la que él “cubrió el accidente”. Este parlamento tiene sentido dentro de la versión de Jonathan pero no en la realidad de los hechos según Charlotte cuenta más tarde y dado que ambos personajes están a solas cuando mantienen esta conversación, no responde a ninguna lógica que la actriz hable de esa forma. Excepto que Charlotte también mienta en su versión y en ese caso, Stage fright no es un “quién lo hizo” sino un “qué diablos pasó”…

Hay otro motivo por el cual agradezco la existencia del falso flashback y es que el mismo contiene dos momentos geniales. El primero es el travelling que sigue a Jonathan cuando ingresa en la casa de Charlotte: la cámara avanza por encima de un auto, traspone la puerta de entrada y acompaña a Jonathan hasta el piso superior, pero nunca vemos que la puerta realmente se cierre. Mr. Hitchcock simula el efecto con iluminación y sonido y ¿qué otra cosa sino eso es el cine? El segundo momento es un breve montaje (casi un flashback dentro de otro) en el cual Jonathan supone todo lo que habría sucedido después de que la asistente de Charlotte, Nellie Goode (Kay Walsh) lo descubriera en la escena del crimen. Su fantasía y la realidad confluyen el preciso instante en que imagina que la policía averiguó sus datos en la guía telefónica (sí, la guía telefónica) y entonces su teléfono comienza a sonar.-

Estilísticamente, Stage fright recupera la atmósfera de las películas inglesas de Mr. Hitchcock. Rodada en Inglaterra, contiene muchas locaciones reales y un sentido de autenticidad que venía faltando en sus películas anteriores y que contrasta con la falsedad de la trama. Además, recupera el espíritu de backstage de Murder! (Asesinato) que tanto atraía al director y me resulta interesante que Mr. Hitchcock haya elegido rodar los números musicales de Marlene Dietrich desde los laterales del escenario en lugar de hacerlo desde la platea. Ello le permite acentuar las sombras, adentrarse en un mundo desconocido y prohibido para el espectador y desnudar la superficialidad del mundo que describe, además de evitarse la puesta en escena de dichos números… Por otro lado, la estética de la película en general es bastante convencional y por ello se destacan dos planos de Dietrich, mellizos entre sí, muy elegantes y acordes con el status de estrella de la actriz y de su personaje: se trata de dos planos de perfil, uno durante su entrevista con los detectives y el segundo durante su interpretación de The laziest gal in town, de Cole Porter. La réplica de este plano subraya la naturaleza de Charlotte: es una actriz y siempre está actuando, dentro y fuera del escenario; y esto guarda relación con una vieja técnica de Mr. Hitchcock según la cual las habilidades u oficios de sus personajes son utilizados como recursos dentro de la trama. Ello está igualmente presente en Eve, quien también es una actriz y si bien no alcanzó todavía el grado de artificio de Charlotte, aplica su oficio para la resolución de los problemas en su vida. He mezclado en un mismo párrafo elementos estéticos y argumentales de la película y es que aquí, ambos se funden y se sirven mutuamente en una forma que considero constituye uno de los grandes aciertos de Stage fright.-


Los personajes de Stage fright parecen pertenecer a dos películas distintas y ello, lejos de constituir una falla, refleja en mi opinión los dos mundos que retrata: en uno de estos mundos encontramos a Charlotte, a su representante Freddie (Hector MacGregor) y tal vez a “Ordinary” Smith (Michael Wilding), por lo poco que sabemos de él; y en el otro a Jonathan, a los padres de Eve (Alistair Sim y Sybil Thorndike) y a Nellie Goode. En el medio, pero siempre en contraste, se encuentra Eve, quien es demasiado sofisticada entre los suyos y se ve obligada a “apagarse” en el círculo glamoroso de Charlotte. La interacción de estos mundos lleva a los personajes a transitar el gran tema de la película, que es la identidad. Todos los personajes principales fingen identidades distintas a la propia en algún momento y ello les permite lograr sus cometidos, grandes o pequeños. Stage fright termina demasiado pronto como para averiguarlo, pero en la obra de Mr. Hitchcock la encarnación de diferentes personalidades suele ayudar a los personajes a definir la verdadera identidad (el ejemplo más claro de ello es Roger Thornhill, protagonista de North by Northwest – Intriga internacional, Con la muerte en los talones). En el caso de Eve, suponemos que luego de esta experiencia aprendió que la vida real es más que una extensión de la representación teatral…

Las interpretaciones de los actores son, en mi opinión, bastante apropiadas para el tono ligero de esta película. Jane Wyman está encantadora y juega muy bien en los dos niveles que la historia requiere (aún cuando Mr. Hitchcock se quejó ante M. Truffaut de que se embellecía para no desmerecer frente a Dietrich) además de componer una buena pareja con Michael Wilding. Éste me gusta más aquí que en Under capricorn (Atormentada, Bajo el signo de Capricornio), continúa con el understatement pero incorpora matices de seriedad cuando la situación lo requiere. Marlene Dietrich es… bueno, Marlene Dietrich. Está genial en su papel y resulta muy divertido ver cómo manipula a todo el mundo. Richard Todd es probablemente quien menos me guste, en algunos momentos creo que sobreactúa un poco, pero como no lo vemos durante gran parte de la película eso no llega a molestar. Además su última escena importante, aquella en la cual está escondido debajo del escenario junto con Eve resulta estremecedora. Sin embargo, como en aquellas películas inglesas de Mr. Hitchcock, los mejores son los actores secundarios. Alistair Sim y Sybil Thorndike me divierten mucho en sus escenas juntos (creo que ella entraría en la categoría de “madres buenas” a la que me referí en mi entrada sobre Rope – La soga), al igual que Kay Walsh, dentro de lo desagradable que es su personaje, y Joyce Grenfell, la mujer que maneja el puesto de tiro en la feria. Patricia Hitchcock, única hija del director y de Alma Reville tiene también un pequeño rol como una de las amigas de Eve.-

El cameo de Mr. Hitchcock es fácilmente identificable: se cruza con Eve en la calle mientras ésta practica sus líneas para presentarse ante Charlotte.-


Stage fright fue editada en Argentina bajo el título “Desesperación” en una edición llamada “Triple presentación Hitchcock 3” que incluye Strangers on a train (Pacto siniestro, Extraños en un tren) y The trouble with Harry (Pero ¿quién mató a Harry?, El tercer tiro). La calidad de la imagen no es muy buena al comienzo de la película y tiene subtítulos en español bastante bien hechos. Yo recomiendo una versión importada que fue lanzada a la venta individualmente y también como parte integrante de un box set llamado The signature collection. El conjunto se completa con Foreign correspondent (Enviado especial), Mr. and Mrs. Smith (Matrimonio original), Suspicion (Sospecha), Strangers on a train (Pacto siniestro), I confess (Yo confieso, Mi secreto me condena), Dial M for murder (Crimen perfecto, La llamada fatal), The wrong man (Falso culpable, El hombre equivocado) y North by Northwest (Con la muerte en los talones, Intriga internacional). La calidad de la imagen y del sonido es excelente, al igual que la de los subtítulos en español. El DVD se completa con un documental sobre la realización de la película, muy interesante pero sin subtítulos en español.-

jueves, 18 de junio de 2015

Under Capricorn (Atormentada, Bajo el signo de Capricornio) – 1949

Argumento: En 1831 Charles Adare (Michael Wilding), primo del Gobernador de Nueva Gales del Sur (Cecil Parker), llega a Sidney y conoce a Sam Flusky (Joseph Cotten), un ex convicto que ha hecho fortuna. Flusky está casado con Lady Henrietta (Ingrid Bergman), antigua conocida de Charles, quien se ha vuelto una alcohólica. Charles se dispone a ayudarla en su recuperación, enamorándose de ella.-

Under Capricorn es una de las películas menos conocidas y tal vez menos apreciadas de Mr. Hitchcock. Como en otros casos, no contribuyó a su gloria el tratamiento que el director le dio en su diálogo con M. Truffaut: fue un fracaso financiero que terminó de hundir la productora independiente creada por Mr. Hitchcock (Transatlantic Pictures), la historia no termina de ser interesante y es una película de época, lo cual no se le daba bien al director. No obstante todo ello, en cuanto uno se sobrepone a la primera impresión y vuelve sobre la película, resulta que está llena de elementos hitchcokianos y de ideas visuales perfeccionadas en relación a intentos anteriores.-

Estéticamente, representa una mejoría frente a Rope (La soga), la película inmediatamente anterior: en primer lugar, la paleta de colores es mucho más rica (el atardecer en el cual Charles y Henrietta comparten confidencias es particularmente hermoso); y en segundo lugar, Mr. Hitchcock vuelve a recurrir a planos secuencia – es decir, tomas continuas que, sin cortes de cámara, acompañan la acción – y a tomas de larga duración ya no para experimentar sino, esta vez, para producir un efecto dramático. Se destacan dos planos secuencia: cuando Charles vuelve a la residencia del Gobernador tras su primer encuentro con Flusky, se dirige hacia el cuarto privado de su primo para encontrarlo dándose un baño mientras dicta cartas a su secretario. En este caso la cámara sigue a Charles mientras éste camina por el pasillo, entra en el cuarto de baño, conversa con su primo y luego se retira. Aquí la continuidad de la imagen nos hace sentir que estamos penetrando un ámbito privado. El segundo plano puede verse pocos minutos después, cuando Charles se acerca a la puerta principal de la mansión de los Flusky. Atraído por los gritos que llegan desde la cocina, Charles camina por la galería exterior, espía por la puerta de la cocina mientras el ama de llaves Milly (Margaret Leighton) golpea a las criadas bajo la mirada del dueño de casa, es descubierto y llevado al vestíbulo por Sam, conoce a los demás invitados a la cena, los acompaña mientras todos toman sus lugares en la mesa y dan las gracias por los alimentos que van a recibir y se sorprende junto con ellos por la llegada de Henrietta. Todo esto está filmado con maestría en una única toma que sigue a los personajes por los distintos salones de la casa y se reposiciona de acuerdo al punto de interés para cada segmento. Sólo encontramos un corte cuando Sam se da vuelta lentamente para descubrir que su esposa, alcoholizada y pobremente vestida, ha bajado al comedor para unirse a la reunión. El corte a los pies descalzos de Henrietta funciona aquí para acentuar la sorpresa de los invitados e inconscientemente nos golpea luego de la fluidez y comodidad de un largo plano.-

En otros momentos de la película, una larga toma ayuda a construir la tensión y emotividad de una escena: cuando Henrietta le cuenta su historia a Charles, la cámara se coloca al servicio de los actores y le permite a Ingrid Bergman ofrecer su monólogo de una sola vez. Lo mismo sucede con otras “confesiones” que se producen en la película, tales como la de Sam ante Charles después de aquella primera cena o la de Milly ante Sam, dada mientras Henrietta está en la mansión del Gobernador.-

Todo este manejo de cámaras requirió (al igual que en Rope) una gran ingeniería en los decorados. Las paredes se abrían o levantaban, los asientos se corrían con o sin actores sentados en ellos, las mesas se dividían para dar paso a la cámara; y según cuenta la leyenda, ello molestó mucho a Ingrid Bergman quien mereció del director la célebre frase “Ingrid, es sólo una película” (el subtítulo de mi blog pretende rendir un mínimo homenaje a esta contestación) aunque esta técnica obedece a algo superior que “sólo una película” y es aquel lema que Mr. Hitchcock expresara a M. Truffaut: el rectángulo de la pantalla debe estar cargado de emoción, aún cuando esto implique una molestia o dos para los actores…

Otro elemento estético que se destaca, aunque no estoy segura de que sea en una buena forma, es el uso de decorados pintados. En las primeras tomas, desarrolladas durante el arribo del nuevo Gobernador, el truco de composición de una imagen a partir de una pintura combinada con un decorado “real” está bastante bien logrado pero aún así es perceptible. Las tomas del exterior de la mansión de los Flusky, en cambio, son totalmente artificiales. La rusticidad del efecto me hace pensar que sólo pudo haber sido intencional y que esas vistas que parecen tomadas de la página de un cuento (¿de princesas o de horror?) tienen por finalidad transportarnos al universo irreal que propone la película.-

Entrando en el análisis del argumento de la película, en Under Capricorn encontramos muchos elementos típicamente hitchcockianos, aún cuando en apariencia estemos frente a un drama de época muy lejano a los temas habituales del director. En primer lugar, Henrietta es una heroína gótica: su amor por Sam la llevó a la destrucción y cuando la conocemos está hundida en la soledad y el alcoholismo, emocionalmente alejada de su marido a quien ama y por quien es amada pero con el cual perdió la conexión y dependiente por completo de un ama de llaves que no le es leal. Sam tampoco la lleva fácil en esta historia: antiguo palafrenero de la familia de Henrietta, huyó con ésta en su juventud (ambos tenían “el diablo en el cuerpo”, según dice el propio Sam) para casarse en secreto, pero este acto de rebeldía sólo acarreó la desgracia para los enamorados. Varios años después, se hizo rico pero no goza del respeto de sus pares, no logra acercarse a la mujer a la que sigue adorando y parece no poder vivir consigo mismo. Sam y Henrietta son objetos de deseo para Milly y Charles respectivamente, pero estas nuevas pasiones resultan desafortunadas para todos. De esta forma, los cuatro personajes involucrados en el cuadrado amoroso tejido por Mr. Hitchcock son desdichados y se degradan a causa de su pasión, volviendo a un tema recurrente en la filmografía del director: el poder destructivo de la pasión. El final de la película parece querer enseñarnos que el amor virtuoso sólo es posible sobre la base del conocimiento y confianza en el otro y que para alcanzarlo debemos ser dignos y superar duras pruebas. El deslumbramiento trivial nunca es algo bueno en el universo hitchcockiano…

Otro elemento que vuelve a aparecer es el del falso culpable y aquí voy a cometer un gran spoiler: tal como descubrimos hacia el final del segundo acto, fue Henrietta y no Sam quien mató al hermano de ésta, crimen por el cual Sam fue condenado y enviado a Australia. En este caso, a diferencia del típico héroe hitchcockiano, Sam no pudo huir de la policía y buscar, con ayuda de su amada, al verdadero culpable porque éste era, precisamente, su amada. Debió entonces cumplir la condena y Henrietta compartió parte del castigo al seguirlo hasta Australia y esperar por él.-

Lamentablemente, como decía al principio, la historia no llega a ser del todo atractiva en su conjunto. Está llena de elementos interesantes (a los dos que ya comenté podría agregar la exposición del sistema de castas de Australia en la época colonial británica y la violencia de todo tipo ejercida por unos y otros) pero de alguna manera la película termina naufragando en un final precipitado y unos cuantos puntos bajos en la parte media. En mi opinión, otro problema es que no logra encontrar el tono adecuado: no es una comedia, no es un drama, no es una película de suspenso y todas esas cabezas reducidas que aparecen cada tanto no alcanzan para que sea de terror. Lo que queda es un poco de cada cosa, sin unidad.-

El reparto en Under Capricorn está, por suerte, muy a la altura de las exigencias de cada personaje. Ingrid Bergman continúa en sintonía con su rol en Notorious (Encadenados, Tuyo es mi corazón): tiene la belleza y la dignidad de la gran dama que fue, la vulnerabilidad de la mujer herida que es ahora y algo no del todo correcto en su mirada que nos hace sospechar el tipo de vida que tuvo durante los siete años de prisión de Sam. Joseph Cotten está maravilloso, brindando una interpretación contenida la mayor parte del tiempo excepto cuando estalla en una ira temible o cuando desborda de ternura al hablar de Henrietta o al intentar recuperarla. Viéndolo es fácil reconstruir, en poco menos de dos horas, la vida de este hombre impetuoso y enamorado que debió siempre, ya fuera como sirviente o como convicto, esconder sus emociones y sufrir humillaciones. Margaret Leighton no llega a igualar a Judith Anderson (la “Sra. Danvers” de Rebecca) pero tiene un momento genial en la escena en la que siembra los celos de Sam después de que Charles y Henrietta partieron hacia el baile en casa del Gobernador: mientras los imagina como amantes no puede evitar tocarse a sí misma. Al igual que su predecesora Danvers, Milly es un manojo de frustraciones y anhelos incumplidos. Junto a estos tres actores que son pura intensidad, Michael Wilding representa el understatement que tanto gustaba a Mr. Hitchcock. La situación de Charles no es muy favorable pero a él parece no preocuparle, seguramente está acostumbrado a que para un hombre de su posición los problemas nunca son demasiado graves y siempre terminan por resolverse. Sin ser exactamente un galán ejerce un buen contrapeso frente a Cotten, encarnando una alternativa válida para Henrietta y es muy efectivo en los toques de humor de la película (sobre todo en la escena de la cena en casa de los Flusky, cuando todos los caballeros llegan con excusas de sus esposas por no haber asistido). El resto del reparto, que incluye a Cecil Parker (el abogado infiel de The lady vanishes – Alarma en el expreso, La dama desaparece), también está muy bien y logra, en mi opinión, dar la impresión de que Australia no era por aquellos tiempos un lugar en el cual la gente estuviera por gusto: todos parecen esconder un pasado cuestionable y estar listos para traicionar al vecino (sobre todo el gerente del banco, ¡qué aspecto, por favor!).-

Existen varias fotografías de Mr. Hitchcock vestido al modo de esa época y encontré referencias que indican que su cameo podría verse durante la recepción al Gobernador en el puerto, pero debo decir que nunca pude identificarlo. Dado que su figura era bastante conocida para 1949, por lo cual sus cameos eran ostensibles, sospecho que tal vez el mismo fue eliminado a último momento tal como sucedió con Rebecca (también en este caso podemos encontrar fotografías del momento en el que debía producirse, pero su aparición quedó en el piso de la sala de edición, como suele decirse). Si alguien lo encuentra, por favor hágamelo saber.-

Encontrar esta película en DVD en Argentina fue toda una odisea. La única versión que pude conseguir, de esto ya hace casi dos años, es de una editora independiente y se llevaría el premio al peor DVD de la historia. El sonido está en algunos momentos fuera de sincronización con la imagen y los subtítulos (versión libre del inglés original) están en “portuñol” (mitad español, mitad portugués). Los únicos motivos por los cuales una persona compraría esta versión serían para completar una colección, como en mi caso, o si realmente quiere ver esta película. Pero si no es muy urgente, les sugiero que guarden su dinero y esperen a conseguir otra de una editora confiable.-

sábado, 6 de junio de 2015

Rope (La soga) – 1948

Argumento: Brandon y Phillip (John Dall y Farley Granger, respectivamente) asesinan por diversión a David Kentley (Dick Hogan), un antiguo compañero de estudios, esconden su cuerpo dentro de un arcón y luego dan una cena sobre dicho mueble para familiares y amigos de David. Uno de los invitados, Rupert Cadell (James Stewart) sospecha que los jóvenes guardan un secreto y se propone descubrirlo.-

Rope ofrece, desde el punto de vista técnico, dos aspectos de interés dentro de la filmografía de Mr. Hitchcock. Por un lado, se trata de su primera película en Technicolor; y por el otro, consiste en un ejercicio cinematográfico largamente ansiado por el director en función del cual se dispuso a filmar creando la ilusión de un plano continuo, sin cortes de cámara. La trama por su parte está llena de esos detalles que desafiaban la moral del espectador y la censura que tanto gustaban a Mr. Hitchcock.-

Comenzando por el primer aspecto, el director le contó a Monsieur Truffaut que las primeras tomas en filmarse lucían saturadas y debieron ser reiteradas. El resultado final, lejos de este primer intento, es un poco deslucido: la paleta de colores de Rope es pálida y con predomino de colores neutros. Solo en el tercer acto, cuando las cosas comienzan a complicarse para Brandon y Phillip puede verse un uso dramático del color bajo la forma de tonos verdes y rojos que inundan su departamento, provenientes de un cartel luminoso cercano a una ventana (podemos encontrar un efecto parecido pero mucho mejor logrado en Vertigo, en el dormitorio de Judy). Hacia la segunda mitad de la película, cuando empieza a oscurecer, puede verse además un cambio en el decorado: el anochecer en la ciudad está muy bien logrado y prefigura los cambios de iluminación en Rear window (La ventana indiscreta).-

Respecto a la ilusión de continuidad, debo decir que cada vez que veo esta película me decepciona un poco la forma en que Mr. Hitchcock manejó las cosas. Los recursos técnicos de la época no le permitían rodar en forma continua por más de unos diez minutos, eso es entendible, pero llenar el cuadro con la espalda de algún personaje cada vez que se necesita unir una toma con otra, como lo hace, no parece la mejor solución… Sólo en una oportunidad creo detectar que la edición se realizó a partir de un cuadro vacío de personajes (la imagen presenta un pequeño salto que podría deberse a ello) y me resulta mucho más satisfactorio. Por otro lado, durante el segundo acto de la película hay unos cuantos contraplanos, dedicados mayormente a las reacciones de James Stewart, que rompen la ilusión. Del lado positivo, las tomas largas permiten construir una tensión diferente a la que se consigue con un montaje elaborado y dan a los actores más margen para trabajar (no puedo evitar recordar aquí una frase de Orson Welles según la cual las tomas largas diferencian a los niños de los hombres). Además, en algunos momentos el movimiento de una cámara forzada a reposicionarse permanentemente logra una fluidez muy atractiva, como aquel segmento en el cual la cámara sigue a Brandon en su camino a la cocina para esconder la soga utilizada para estrangular a David, o el momento en el que nos alejamos de Rupert y de la Sra. Wilson (Edith Evanson) para encontrarnos con un Phillip invadido por el temor a ser descubierto.-

Dicho todo esto, creo que los puntos fuertes de Rope están en su argumento y en las interpretaciones de los actores. La trama de esta película tiene una textura mucho más rica que la simple historia de suspenso que presenta en su superficie (¿serán Brandon y Phillip descubiertos por Rupert?).-

Por un lado encontramos la discusión filosófica a través de las ideas que expresan los protagonistas. Los cuatro jóvenes en la película (Brandon, Phillip, David y Kenneth – Douglas Dick), fueron discípulos de Rupert en su adolescencia y las ideas del “superhombre” nietzscheano que éste sostiene han calado hondo en los dos primeros, sobre todo en Brandon. Durante la cena Rupert comienza a explayarse sobre el tema y todos los presentes se entusiasman y lo toman con ligereza, excepto el Sr. Kentley (Sir Cedric Hardwicke), padre de David. La efusividad de Brandon termina por ofender al Sr. Kentley y por alertar a Rupert sobre el peso de sus propias ideas. Este segmento me recuerda a la escena de Strangers on a train (Pacto siniestro, Extraños en un tren) en la cual Bruno Anthony conversa con dos señoras acerca de la mejor forma de cometer un homicidio y a la fascinación del Sr. Newton y de Herb por el crimen en Shadow of a doubt (La sombra de una duda). En todos los casos Mr. Hitchcock llama nuestra atención sobre el peligro de tomar el crimen con frivolidad. Aquí suma un factor extra al advertir que la formulación teórica de ideas reñidas con la humanidad y su trasmisión irresponsable tienen potencial para pervertir a quienes las aceptan en forma acrítica. Mr. Hitchcock es muy cauteloso en Rope y no busca, en mi opinión, que nos identifiquemos con los protagonistas, por el contrario quienes inspiran compasión son el padre y la tía de la víctima.-

El otro punto interesante en el guión es la relación homosexual entre Brandon y Phillip. Por supuesto que los personajes nunca se refieren explícitamente a ello (el Código Hayes no lo hubiera permitido) pero es evidente. En el documental que acompaña al DVD el guionista de la película, Arthur Laurents, explica que en un principio se suponía que Rupert Cadell también era homosexual y había sido el primer amante de los jóvenes pero la incorporación de James Stewart al reparto alejó toda inferencia al respecto. La audiencia simplemente no podía asociar la persona pública de Stewart con un personaje homosexual, sin embargo creo que algunos rastros de esta idea lograron sobrevivir el paso del tiempo. El hecho de que Rupert corteje a la Sra. Wilson (su antigua ama de llaves y actual empleada doméstica de los protagonistas), presentada como una mujer poco atractiva y algo mayor que él – ya sabemos que en términos cinematográficos sólo las mujeres jóvenes y bellas son dignas de ser amadas – me hace pensar que tal vez esté buscando un matrimonio “de pantalla”. Volviendo a Brandon y Phillip, la dinámica de su relación es compleja: Phillip reconoce que Brandon le infunde temor y es obvio que la idea del asesinato fue de este último. Phillip parece tener poco que decir en esta relación. Me parece interesante la forma en la que Mr. Hitchcock aborda la escena inmediatamente posterior al homicidio: me es inevitable interpretarla como poscoital y en este sentido encuentro que el director vuelve a asociar la pasión con la muerte, como veíamos en sus dos películas anteriores Notorious (Encadenados, Tuyo es mi corazón) y The Paradine case (El proceso Paradine, Agonía de amor). Además, cuando Brandon enciende una lámpara para comprobar si David está efectivamente muerto, Phillip se altera y le pide que la apague (más tarde, repetirá el gesto cuando Rupert encienda otra lámpara mientras lo confronta sobre el paradero de David). El joven evidentemente no tolera confrontar sus propios pecados pero no puede evitar cometerlos, sumándose así a la nómina de personajes autodestructivos en el repertorio de Mr. Hitchcock.-

En una película tan constreñida en términos espaciales (como también los son Lifeboat – Náufragos, Ocho a la deriva – Rear window y Dial M for murder – La llamada fatal, Con M de muerte) cada personaje se vuelve esencial y requiere del actor adecuado para su representación. Aquí encuentro que todos, sin excepción, están perfectos en sus papeles. Comenzando por los dos jóvenes homicidas, John Dall compone un Brandon irresistible y es fácil entender porqué parece pensar que todos son marionetas bajo su control: es seductor y amenazante; y Farley Granger no está entre mis protagonistas hitchcockianos preferidos, lo encuentro un poco débil, pero en Rope ese defecto juega en su favor para el rol de Phillip. James Stewart aparece aquí en su primera colaboración con Mr. Hitchcock y tiene algunos de los mejores parlamentos de la película en los que hace gala de un temperamento mordaz y oscuro, además de un momento de gran emotividad al final de la película. Los actores secundarios tienen cada uno su momento para lucirse: Joan Chandler en el rol de Janet, ex novia de Brandon y de Kenneth y actual de David; Douglas Dick como Kenneth, con un gran parecido físico a Dick Hogan (David) lo cual es utilizado como un elemento dramático en la acción; Edith Evanson es la empleada que siempre dice lo que piensa y ayuda, sin saberlo, a la resolución de la historia; Cedric Hardwicke (a quien ya habíamos visto como el padre de Lina en Suspicion – Sospecha) resulta conmovedor en su papel del preocupado padre de David, con su esposa enferma en casa (la Sra. Kentley, dicho sea de paso, parece ser la típica madre controladora del universo hitchcockiano); y por último Constance Collier interpreta a la tía de David, una mujer perdida en sus propios devaneos que nunca parece muy al tanto de nada pero que es la primera en mostrar humanidad ante el razonamiento despiadado de Rupert y Brandon, además de emocionarme siempre hacia el final con su sincera preocupación por su sobrino. En relación a ella quisiera hacer un breve paréntesis: se habla bastante de las madres hitchcockianas, yo misma me he referido a ellas incluso en este párrafo, pero creo que a su lado existe otra clase de mujer madura en la obra del director, tales como la tía de David o Lady Horfield en The Paradine case. Los rasgos distintivos de esta categoría serían la tendencia al ridículo y el desprecio del cual son objeto, todo lo cual esconde una gran compasión y humanidad, algo así como la “madre buena” frente a la “madre mala” de, pongamos por caso, Psycho (Psicosis) o Notorious.-

El cameo de Mr. Hitchcock puede verse al final de los títulos de la película, cuando el director cruza la pantalla en compañía de una mujer, y también en el tercer acto: al anochecer a lo lejos se enciende un cartel de neón rojo que reproduce la caricatura del perfil del director.-


Existen al menos dos ediciones nacionales de Rope en DVD. Una de ellas, la más económica y fácil de conseguir, forma parte de una colección llamada “Joyas del cine” y ofrece una calidad bastante buena de imagen y sonido y subtítulos en español bastante bien hechos pero ningún extra. La otra edición integra la serie llamada “Colección Hitchcock” (otros títulos disponibles, editados en forma individual, son Saboteur – Saboteador – Shadow of a doubt – La sombra de una duda – Rear window – La ventana indiscreta – y Vertigo – Vértigo – entre otros). La calidad de imagen y sonido es perfecta, los subtítulos excelentes y, como cada título de la colección, viene con un documental muy interesante dirigido por Laurent Bouzereau, con subtítulos en español (de hecho debo reconocer que esta fue la primera vez que compré una película que ya tenía, sólo para poder ver este documental, cosas que suceden…).-