domingo, 20 de marzo de 2016

Frenzy (Frenesí) - 1972


Argumento: Richard Blaney (Jon Finch) es señalado como principal sospechoso de los crímenes en serie que comete su amigo Bob Rusk (Barry Foster) cuando su ex esposa, Brenda (Barbara Leigh-Hunt) se convierte en la víctima más reciente. Luego de que Bob siembra pruebas en su contra, Richard es detenido por el Inspector Oxford (Alec McCowen), pero logra escapar e intentará vengarse del verdadero culpable.-
Frenzy significó el retorno de Mr. Hitchcock a su Londres natal pero también a su tema preferido, el del “hombre equivocado” y en mi opinión es la última película del director en cuanto cierra el círculo que Mr. Hitchcock comenzó a trazar con The lodger (El enemigo de las rubias). En este sentido Family plot (Trama macabra) sería un colofón, pero el verdadero final está en Frenzy. Mientras la veía de nuevo para escribir esta entrada me entretuve encontrando muchísimas referencias a películas anteriores que nunca antes había notado y que me reforzaron esta idea.-


Visualmente, la película no tiene mayores innovaciones pero sí aporta algunos momentos atrapantes tales como la secuencia de apertura en la que Mr. Hitchcock nos muestra el río Támesis “a vuelo de pájaro” transformando a los espectadores en sus criaturas de caos por excelencia. La música, a cargo de Ron Goodwin, es pomposa y termina convirtiéndose en un comentario irónico sobre el orden y dignidad británicos cuando súbitamente aparece el cuerpo desnudo de una mujer estrangulada flotando en las aguas contaminadas del río. Seguramente, la escena que más habrá impactado al público en 1972 es la de la violación y asesinato de Brenda, filmada en un modo bastante explícito y recurriendo a la técnica de planos cerrados y rápidos que Mr. Hitchcock solía utilizar para los combates cuerpo a cuerpo; sin embargo tal vez no haya envejecido muy bien y debo decir que no me resulta muy efectiva. Mucho más impactante me parece, en cambio (aunque lo es más desde el sonido que desde la imagen) ese primerísimo primer plano de Babs (Anna Massey) - la novia de Richard - que, después de un instante de silencio desolador, revela que Bob está detrás de ella listo para atacar. Finalmente, la muerte de Babs es sugerida por una de las tomas más tristes que puedo recordar: habiendo mostrado con todo detalle el ataque a Brenda, Mr. Hitchcock nos evita este segundo crimen mediante un travelling hacia atrás que nos lleva escaleras abajo desde el apartamento de Bob hasta la calle, primero en silencio y luego incorporando lentamente los ruidos y movimientos de Covent Garden: impasible ante la desgracia de Babs, el mundo sigue funcionando… De hecho, existe otra escena en la cual Mr. Hitchcock llama nuestra atención sobre la ligereza con la que tomamos los temas criminales: mientras Richard gasta su última libra en copas de brandy dos caballeros discuten los detalles del caso y bromean con la camarera sobre violaciones y asesinatos.-
Uno de los detalles más interesantes de Frenzy es la simbología utilizada por el director, que conecta a las víctimas con la comida y a los victimarios con voraces comensales: antes de violar y matar a Brenda, Bob comenta que le gustan las flores y las frutas e inmediatamente Mr. Hitchcock nos muestra a la víctima sentada junto a un ramo y vestida del mismo verde de la manzana que está comiendo y que su agresor termina luego del crimen. Antes, Richard había “estrangulado” un racimo de uvas igualmente verdes (más adelante me referiré a las conexiones entre Richard y Bob) y más tarde el Inspector Oxford casi apuñala los platos repulsivos que prepara su esposa (Vivien Merchant). Y en una escena Bob y un colega se refieren al negocio de la cosecha y venta de papas como “veneno” y hablan de enterrar y desenterrar esos vegetales justo antes de que Babs termine “enterrada” en una bolsa de papas.-


Mr. Hitchcock aprovecha esta historia oscura para ahondar en el punto de vista pesimista sobre el amor que venía desarrollando en sus últimas películas: Brenda dirige una agencia matrimonial con la asistencia de una secretaria solterona y avinagrada, agencia que abrió después de su propio divorcio y de la cual sale una pareja con un futuro poco promisorio; Bob no logra conseguir una pareja que se ajuste a sus “peculiaridades”; y la esposa del Inspector Oxford le reclama que después de ocho años de matrimonio la pasión se ha extinguido.-
El problema de Frenzy, que empaña el resultado final, es que Mr. Hitchcock pone mucho esfuerzo en trazar un paralelismo entre Richard y Bob mostrando que Richard bien podría ser el “asesino de la corbata” y que en definitiva algo de la personalidad enferma de Bob reside también en él. Luego de que la primera víctima aparece flotando en el Támesis Richard se anuda una corbata similar a la utilizada en aquél crimen; más tarde Brenda hace mención a su temperamento violento y siempre parece listo para destruir cosas con sus manos, hasta el mismísimo final. Ahora bien, para cuando descubrimos que Bob es el culpable, Richard ya nos cae demasiado antipático como para interesarnos por él y el trabajo de Jon Finch no ayuda demasiado.-


Mencioné anteriormente que Frenzy está llena de referencias a películas anteriores de Mr. Hitchcock, tanto estéticas como argumentales. Desde The lodger (El enemigo de las rubias) nos llega la presencia de un asesino serial y los cuadros de mujeres que adornan la habitación de Bob (¡una de las cuales tiene el rostro azul!); de Young and innocent (Inocencia y juventud) recupera la aparición de un cuerpo flotando y con una prenda de vestir alrededor del cuello, la cuenta minuciosa del dinero que le queda al falso culpable y la escena en el albergue; de Shadow of a doubt (La sombra de una duda) reaparece el asesino serial que siente que está restableciendo el orden y la justicia en el mundo (el tío Charlie mataba a mujeres que él veía como seres inútiles y “el tío Bob”, como se llama a sí mismo, tiene bastantes comentarios para hacer sobre Brenda y su mezquindad) y el juego de espejos con el protagonista (tanto la joven Charlie como Richard albergan la semilla del mal que corrompe al asesino); de Strangers on a train (Pacto siniestro) vuelve el asesino del apetito voraz y obsesión por sus manos (Bob usa sus manos permanentemente para abrir y cerrar cajones, elegir frutas y estrangular mujeres) con una madre posiblemente desequilibrada y un pequeño objeto incriminador (allí era un encendedor, aquí un prendedor); desde Dial M for murder (La llamada fatal) llegan ecos del inspector de policía diligente y dispuesto a seguir trabajando en un caso aparentemente cerrado y el juicio acelerado de un falso culpable; y de… bueno, la mayoría de las películas de Mr. Hitchcock, la historia del falso culpable con un gran reflejo de The wrong man (El hombre equivocado) en los detalles de la celda minúscula de Richard (en un brillante plano cenital el director nos muestra que con sólo estirar los brazos el protagonista cubre el ancho del calabozo).-


El elenco de la película presenta un problema: los antagonistas son más agradables que los protagonistas. Jon Finch, Anna Massey y Barbara Leigh-Hunt - pero especialmente Finch - no me resultan tan efectivos como Barry Foster (la escena del ataque a Brenda es brillante, hay tantos matices en su interpretación desde una gran vulnerabilidad hasta la brutalidad más repulsiva) y sobre todo Alec McCowen y Vivien Merchant: aunque se pasen parte de su intervención fundando el caso en contra del hombre equivocado, tienen las mejores escenas a su cargo y las interpretan deliciosamente. La única que se supone que sea desagradable y lo es, pero por los motivos equivocados, es Billie Whitelaw quien interpreta a la esposa renuente de un amigo de Richard (un correcto Clive Swift) que intenta ayudarlo a salir del país. Ahora bien, Whitelaw dice sus parlamentos en una forma exageradamente teatral y lleva a que las escenas que transcurren en su apartamento se arrastren, demorando el ritmo de la película.-
El cameo de Mr. Hitchcock puede verse en la primera escena de la película, está mezclado entre los curiosos que ven aparecer el cuerpo de la primera víctima.-
Frenzy fue editada en DVD en Argentina como parte de la “Colección Hitchcock” con excelente calidad de imagen y sonido y buenos subtítulos en español. Los extras incluyen un documental subtitulado con entrevistas al guionista y a los principales miembros del reparto y el avance original de la película.-

miércoles, 9 de marzo de 2016

Topaz (1969)


Argumento: el agente de inteligencia francés André Devereaux (Frederick Stafford) trabaja en colaboración con su par estadounidense Michael Nordstrom (John Forsythe) para develar un acuerdo secreto de cooperación nuclear entre Cuba y Rusia. Cuando André es llamado por su propio gobierno para que informe sobre su descubrimiento, antes de cumplir con ello debe desenmascarar al líder de una red de espionaje conocida como “Topaz” para asegurarse de que los soviéticos no frustren los planes defensivos de los estadounidenses y sus aliados.-
Después de los fracasos comerciales de Marnie (Marnie, la ladrona) y Torn curtain (Cortina rasgada) Mr. Hitchcock se embarcó en la realización de la adaptación de un best seller de Leon Uris que terminó por representar el fondo del pozo para el director: resultado de un proceso de producción accidentado, Topaz fue recibida con indiferencia - cuando no hostilidad - por el público y por la crítica. Sin embargo, cuando uno se detiene en su análisis se encuentra con una película imperfecta, sobre todo en cuanto a su estructura y desarrollo del guión, pero llena de momentos de “cine puro” y conducida sin dudas por un director que conocía su oficio a la perfección.-


Uno de los problemas de Topaz, entonces, se relaciona con su estructura.  Claramente la película está basada en la sucesión de episodios que el director ya había utilizado con éxito en Thirty-nine steps (Treinta y nueve escalones), Saboteur (Saboteador) y North by northwest (Intriga internacional, Con la muerte en los talones). El primero de ellos tiene por protagonistas a Boris Kusenov (Per-Axel Arosenius), un desertor ruso ex cabecilla de la KGB y a su esposa (Sonja Kolthoff) e hija (Tina Hedstrom). El segundo cubre la misión de André en Nueva York, en donde recurre a la colaboración del florista Phillippe Dubois (Roscoe Lee Browne) para fotografiar documentos secretos que se encuentran en poder de Rico Parra (John Vernon), un encumbrado líder cubano que es traicionado por su secretario Luis Uribe (Don Randolph). Luego de ello, André se traslada a Cuba para ahondar en su investigación con ayuda de Juanita de Córdoba (Karin Dor), la viuda de un líder de la revolución cubana que es a la vez amante de André y de Rico Parra y encabeza un movimiento de resistencia. Para el cuarto episodio, André viaja a París por orden de su gobierno y allí se reúne con su esposa Nicole (Dany Robin), su hija Michelle (Claude Jade) y su yerno François Picard (Michel Subor), no sin antes haber descubierto por boca de Kusenov que el segundo en importancia en “Topaz” es Henri Jarré (Philippe Noiret), un economista de la OTAN. Luego de la muerte de Jarré, André descubre que el líder de “Topaz” es su antiguo amigo (y actual amante de Nicole) Jacques Granville (Michel Piccoli). Cuando Nordstrom revela a los miembros del gobierno francés la verdadera identidad de Granville, éste se suicida en su apartamento. Así de compleja es la trama de Topaz y el mayor sinsabor durante el visionado es que la transición entre los distintos episodios no siempre es fluida o lo suficientemente clara. El documental que trae el DVD explica que una de las objeciones a la película durante el preestreno fue su larga duración. Entonces Mr. Hitchcock se sintió obligado a eliminar escenas completas y a reducir la duración que las restantes con lo cual estoy segura que muchas de estas transiciones quedaron fuera del montaje final. Además, una de las escenas eliminadas explicaba la relación previa que existía entre André, Jacques y Nicole: los tres habían sido amigos durante la resistencia francesa a la ocupación nazi y ambos hombres habían estado enamorados de Nicole. Finalmente ella se casó con André pero evidentemente siguió involucrada con Jacques. Toda esta historia, que brinda profundidad a los personajes y explica la desazón que tanto André como Nicole sienten cuando descubren que Jacques es el traidor (en el caso de André la traición es doble porque comprende, además, que su esposa y su amigo son amantes) no llegó a la versión comercial de la película y sin dudas Topaz sufre mucho por ello.-
Otro de los problemas relacionados con el guión es la búsqueda de un final que complaciera al público, detallada por M. Truffaut y otras fuentes. El final originalmente previsto por Mr. Hitchcock incluía un duelo entre André y Jacques y fue encontrado ridículo por el público (confieso que tal vez yo hubiera compartido esta opinión). El segundo final intentado dejaba a Jacques en libertad, tomando un avión a Rusia, lo cual parecía inaceptable. Finalmente, Mr. Hitchcock recurrió a la desesperada opción de terminar su película con el suicidio de Jacques pero, sin tiempo para seguir filmando, debió contentarse con una milésima de segundo de una toma de Philippe Noiret entrando en el apartamento de Jacques (solo se ve su brazo derecho) y luego con congelar la imagen en la puerta cerrada e insertar el sonido de un disparo. Existe una versión de Topaz que culmina con la segunda alternativa, además de incluir escenas descartadas en la edición final; pude verla una vez por televisión y me pareció mucho más efectiva que la versión que se consigue en DVD. El desencanto de ese final en el cual Jacques se sale con la suya coincide con el tono de tristeza general de la película, que sostiene una mirada bastante contundente del director en cuanto a la gran cantidad de desgracias que ocasionan estas tramas de espionaje en las personas involucradas  (en Topaz Mr. Hitchcock se explaya sobre reflexiones de las que había carecido su película anterior, Torn curtain).-
Por encima de estos problemas, Topaz está bellamente filmada. Si bien los decorados del segmento neoyorquino y la combinación de imágenes de archivo con otras filmadas especialmente durante el episodio cubano no luce demasiado bien, el resto de la película tiene un aire de autenticidad y una calidad visual notables. Además, el uso dramático del color es extraordinario: el título de la película remite al topacio, piedra preciosa amarilla, entonces este color se repite en los decorados y vestuarios recordándonos que la influencia de los conspiradores está presente en todos los ámbitos, aún los domésticos. De la misma forma, también el color rojo - identificado con el comunismo y con el peligro que amenaza a los personajes - se repite. Finalmente, Mr. Hitchcock vincula a ambas mujeres unidas sentimentalmente a André, Nicole y Juanita, con el color violeta que cada una luce en sus saltos de cama cuando se despiden del protagonista.-


Topaz abunda en imágenes de gran impacto. Prácticamente cada episodio tiene sus puntos fuertes, sobre todo el segmento cubano con la escena en la cual los colaboradores de Juanita (Anna Navarro y Lewis Charles), vencidos por la tortura y emulando a La Pietá, terminan por delatarla, y aquella toma cenital (¡inolvidable y brillante!) de Rico Parra quitando la vida a Juanita en la cual su salto de cama se convierte en un símbolo sangriento (no me alcanzan las palabras para expresar cuánto me gusta esa toma; de hecho durante años ella fue lo único que me llevaba a ver esta película que luego aprendí a apreciar). En otros momentos, Mr. Hitchcock opta por limitar el diálogo al mínimo para compensarnos por la gran cantidad de parlamentos que requiere esta película, tales como la secuencia de la huída de la familia Kuzenov y dos escenas que tienen por protagonista a Dubois: una en la cual André le da instrucciones para obtener los documentos secretos y la otra en la cual aquél las lleva a cabo. En ambos casos, el director comprime el tiempo al mostrar en pocos segundos situaciones que hubieran debido insumir varios minutos. Por otro lado, en algunas escenas juega con el efecto contrario: nos deja esperando que algo suceda, generando una tensión casi insoportable, como hace en el final de aquella escena en la que los colaboradores de Juanita son detenidos y Mr. Hitchcock demora en mostrar la resolución de la situación.-
Además, la banda de sonido creada por Maurice Jarré es adecuada y está bien utilizada, lo cual representa una mejoría después del trabajo imperfecto de John Addison en Torn curtain.-


Mencioné varias veces en este blog que Mr. Hitchcock no solo era considerado el maestro del suspense sino también del romance y Topaz no es la excepción. Hay muchas parejas en esta película (varias de las cuales involucran a las mismas personas) y me resultó interesante notar que el director parece acusar la superficialidad de la mayoría de ellas. Sólo André y Juanita tienen un vínculo profundo y casi desesperado, cimentado sin dudas en el peligro que corren juntos. En cuanto a André y Nicole, su relación está totalmente diluida pero es posible que en algún momento también haya sido profunda y un ligero resabio de ello puede verse en la escena en la que ambos asisten a François con su herida tras el asesinato de Jarré: resulta evidente que no es la primera vez que se encuentran en una situación así y me agrada mucho la coordinación que logran los actores y que cuenta la historia del pasado conjunto de ambos personajes.-
En cuanto al elenco de la película, en su momento generó algún rechazo el hecho de que estuviera mayormente integrado por actores extranjeros carentes del estatus de estrella. Sin embargo, todos están bastante bien en sus papeles. Me gusta sobre todo la gran cantidad de matices que logran Frederick Stafford y John Vernon quienes interpretan, cada uno con su estilo, a dos hombres “duros” profundamente conmovidos por la belleza de la misma mujer. Hablando particularmente de Stafford, me mata en especial la escena en la cual André vuelve de Cuba y se encuentra con que Nicole lo dejó: al servir un trago a Nordstrom ¡viene de la cocina con la cubetera en la mano! El desamparo que este detalle pone en evidencia es enorme: si Nicole estuviera en casa, esa cubetera nunca hubiera salido de la cocina.-


El cameo de Mr. Hitchcock puede verse en un punto bastante avanzado de la película, casi a treinta minutos del comienzo. En la escena en la que André y Nicole se encuentran con Michelle y François en el aeropuerto de Nueva York, el director es llevado por una enfermera en silla de ruedas.-
Topaz fue editada en DVD en Argentina como parte de la “Colección Hitchcock” que he elogiado en otras entradas. El disco incluye los finales alternativos y un interesante documental sobre la realización y la importancia de esta película dentro de la obra de Mr. Hitchcock. Hasta donde pude averiguar la versión alternativa emitida por televisión no se encuentra disponible en DVD pero si alguien la encuentra, le agradecería que me pase el dato...

jueves, 3 de marzo de 2016

Torn curtain (Cortina rasgada) - 1966

Argumento: El profesor Michael Armstrong (Paul Newman) finge desertar a Alemania oriental para averiguar los secretos de un famoso científico, el profesor Lindt (Ludwig Donath). Su prometida Sarah (Julie Andrews) lo sigue, ignorando sus planes. Cuando todo se desbarata después de que Michael mata a Gromek (Wolfgang Kieling), el hombre encargado de vigilarlo, la pareja debe encontrar la forma de volver a Occidente antes de ser capturada por los agentes de seguridad estatal.-
Aquí nos encontramos con un problema: con Torn curtain ya no se trata de algunas fallas aisladas en la estructura o las actuaciones compensadas por muchos momentos geniales, como podíamos encontrar en las películas que la anteceden en la década de 1960, sino que en este caso casi nada funciona.-
 
 
Comenzando por el guión, sigue una estructura circular en donde los personajes principales terminan donde comenzaron tanto física como emocionalmente. En el comienzo de la película, Mr. Hitchcock retoma la visión desencantada sobre el amor que había expuesto en sus últimas películas: Michael y Sarah están comprometidos para casarse pero ello no implica que él confíe en ella. En este caso la intimidad física no trae aparejada una proximidad emocional y para el final, si bien ambos terminan abrazados bajo las mantas (tal como empezaron) no podemos contar con que Michael haya abandonado su hermetismo. De este modo, toda su experiencia (y nuestro visionado) parece inútil y ese es el mayor problema de Cortina rasgada. En las películas que Mr. Hitchcock filmó con anterioridad, los temas de espionaje siempre funcionaron como un McGuffin detrás del cual se esconden profundos dilemas morales, y los viajes externos del protagonista acompañan transformaciones internas y el descubrimiento de la verdadera identidad. Aquí, Michael no se enfrenta a ningún dilema, simplemente va a Alemania Oriental, mata a un hombre, roba la fórmula secreta y regresa a Occidente sin pensar demasiado en todo ello. Mr. Hitchcock contó a M. Truffaut que había filmado un escena en la cual Michael se encuentra con el hermano mayor de Gromek (interpretado por el mismo actor) después del asesinato y queda perturbado por el parecido entre ambos hombres pero que decidió suprimir ese episodio porque temía que el público tomara partido por Gromek y se volviera en contra del protagonista. Yo creo que, por el contrario, el personaje de Michael sufre por ello porque el montaje final lo deja con una incapacidad de sentir compasión o siquiera reflexionar sobre las consecuencias de la Guerra Fría en la que está envuelto.-
Por otro lado el tercer acto de la película, consagrado a la huida de los protagonistas, languidece con dos episodios extensos y no demasiado interesantes. El primero de ellos es el del autobús lleno de conspiradores que recoge a Michael y Sarah en Leipzig para llevarlos de regreso a Berlín y que es seguido de cerca por un segundo autobús “legal”. Si bien la escena tiene sus atractivos  (la interpretación de muchos de los actores secundarios es uno de ellos), lo cierto es que es demasiado larga y repetitiva. El segundo episodio, todavía peor ejecutado, es el de la Condesa Kuchinska (Lila Kedrova), una mujer polaca que aborda a Michael y Sarah en la calle y en parte los extorsiona y en parte intenta ganar su favor para que éstos la ayuden a emigrar a Estados Unidos. La secuencia entera es totalmente fútil, la Condesa no aporta nada al desarrollo de la historia ni conquista la simpatía del público. Como contrapartida, la escena del ballet que le sigue es una de las mejores de la película: Michael y Sarah son conducidos hasta una representación de ballet para encontrarse con un cómplice que los esconderá en los canastos del vestuario para escapar hacia Suecia. Mientras aguardan el momento oportuno ambos notan que los agentes de seguridad estatal están cercando la sala, entonces Michael (inspirado por la escenografía del ballet) anuncia un falso incendio para escapar en medio del tumulto. Por única vez en la película Michael toma la iniciativa y descubre, como todo héroe hitchcockiano, que la mejor forma de evitar el peligro que acecha en grandes concentraciones de personas es causando un escándalo (los ecos de Treinta y nueve escalones, de ambas versiones de El hombre que sabía demasiado, de Intriga internacional y de Saboteador se reconocen y agradecen). Esta escena es, además, la única en la cual los estados subjetivos de los protagonistas se disocian con éxito de las circunstancias exteriores, todo un sello de Mr. Hitchcock ausente en Cortina rasgada.-
 
 
Frente a estos problemas graves en el argumento y la estructura, Cortina rasgada exhibe otros defectos menores pero, vamos, todo suma. La música es uno de ellos. Debido a desacuerdos respecto a las posibilidades comerciales de la banda sonora, Mr. Hitchcock descartó la partitura de Bernard Herrmann y encomendó la música a John Addison. Por primera vez en muchos años el resultado fue una banda sonora fuera de control, con segmentos musicales sin sentido irrumpiendo en cualquier momento. Otro detalle insatisfactorio es nuevamente - como en Marnie - la poca textura de los decorados, de una artificialidad que queda a mitad de camino: está más cerca de la mala ejecución que de la representación de las emociones y estados mentales de los personajes.-
Finalmente, las actuaciones. Todo el peso de la película reposa sobre los hombros de Paul Newman y excepto por tres escenas (la del asesinato de Gromek, la del “robo” de la fórmula secreta y la del ballet) en las que parece conectarse con el mundo exterior, lo cierto es que durante el resto del tiempo se limita a permanecer tieso y evitar el ojo de la cámara. Los otros integrantes del elenco en general están bastante bien, aunque no lo suficiente como para compensar el tedio que genera Newman. Julie Andrews, recién salida de Mary Poppins y La novicia rebelde, brinda un actuación muy delicada pero presente, está “ahí” durante sus escenas (perdón, sigo pensando en Newman…) y sin dudas lo mejor de la película son los actores secundarios en especial Wolfgang Kieling en el papel de Gromek, Ludwig Donath encarnando al Profesor Lindt y David Opatoshu, quien interpreta a Mr. Jacobi, el líder del grupo de miembros de la organización Pi que ayuda a los protagonistas a llegar a Berlín.-
El cameo de Mr. Hitchcock puede verse en las primeras escenas, cuando los protagonistas están en su hotel en Copenhague el director está sentado frente a los elevadores con un niño pequeño sobre sus piernas.-
Torn curtain fue editada en DVD en Argentina como parte de la “Colección Alfred Hitchcock” con excelente calidad de imagen y sonido y muy buenos subtítulos en español. El material especial incluye un documental sobre la realización de la película y la banda sonora compuesta por Herrmann aunque lamentablemente no fue incorporada a la película completa sino solamente a las escenas que debían contenerla, lo cual disminuye el placer de su visionado.-